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Si bien era masoquista para Iris leer historias sobre mejores amigos y finales felices, lo que siempre clavaba en su corazón eran las frases alentadoras sobre arriesgarse. Esas que decían que el tiempo pasaba rápido y no podíamos desperdiciarlo, que si no aprovechábamos esa oportunidad tal vez nunca se repita y que nunca sabemos el resultado si no nos arriesgamos.

Pues Iris, como terca que era, sabía lo que sería el resultado de arriesgarse: perder la amistad de Oliver y sufrir con corazón roto.
Ella no consideraba ser correspondida como una opción.

Era bastante obvio el porqué. Iris sentía que no se parecía a Eva en absoluto. Y eso en su cabecita significaba que nunca nadie podría gustar de ella.

Pobre ilusa.

Cuando Oliver se fue con Eva aquel martes, las lágrimas duraron poco. Iris tenía carácter fuerte (aunque era reprimido por el amor que le tenía a Oliver) y era hora de sacarlo a las canchas.

Aprovecho que su madre tenía la tarde libre y con una sonrisa se fueron al centro comercial más cercano, disfrutaron de los locales, quemaron la tarjeta de crédito y se dieron el gusto de comer chatarra un poco más de la cuenta.

A la hora de volver, Iris casi creía haber olvidado el acto que estaba ocurriendo mientras ella se probaba buzos, remeras y pantalones. Y mientras el frió de la noche le calaba los huesos en el cuerpo, su mirada se oscureció clavada en la carretera. La música de fondo tampoco ayudaba, hablando sobre corazones rotos.

Entonces Samantha lo supo.

Iris, demasiado ocupada en deshacer de su memoria las imágenes que su mente creaba, no se dio cuenta cuando su madre aparco clavando la mirada fija en su hija.

—Iris.

Aturdida, Iris giro la cabeza; —¿Huh?

—¿Te gusta Oliver?

Iris ya sabía esa respuesta palabra por palabra. La había dicho tantas veces.

Primero se pondría nerviosa, temiendo que todo el mundo supiera su secreto. Luego con una sonrisa falsa de oreja a oreja diría: "Claro que no, él es solo mi mejor amigo"

Pero no, esta vez dejo que las barreras caigan frente a quien más quería en el mundo, sabiendo que no iba a ser juzgada.

—Sí. Y soy una idiota, una ilusa por pensar que alguna vez podría gustarle a Oliver. Él me ve como una amiga, una hermana con quien puede hablar libremente sobre sus ligues y obtener una opinión femenina a cambio. Pero es mi culpa, lo sé. Yo misma me he metido en este lió.

—Esta bien que gustes de Oliver...

—Tal vez más que "gustar"

—Esta bien que quieras a Oliver— Samantha la miro con ternura— Es medio tonto y por eso no sabe lo que causa. Así son los chicos, por lo que nosotras nos hacemos un problema, ellos ya lo olvidan.

—¿Qué debo hacer?

—Sabes que nunca te presionaría a nada, pero mientras sufras no es bueno mantenerte al lado de lo que te hace sentir mal. He visto como te miras al espejo; piensas que eres fea solo porque un chico no te mira con otros ojos. Ay, Iris —suspiro —si supieras lo hermosa que eres. Si pusieras que hay un millón de chicos que harían lo posible por sacarte una sonrisa.

—Mamá.

—Déjame terminar, porque sé que vas a decir: que tu corazoncito es un terco que no puede olvidar a Oliver. Entonces te puedo sugerir que hacer. Tienes que alejarte de él, conocer gente nueva e intentar mirar con otros ojos a la gente que sabe lo que quiere.

¿Alejarse de Oliver?, ¿no poder verlo todos los días, ni escucharlo hablar, ni mirar sus ojos? Le parecía tan imposible como mezclar agua y aceite.

—O puedes arriesgarte.

Oh, esa maldita palabra.


Helou! Volví antes de lo esperado, eh.

Quiero escribir esto para agradecer profundamente a @PetiBlack por hacer una recomendación de Cactus. Pueden pasarse por su blog: "Busca-historias: ¿Qué leer en Wattpad?"

Muchas gracias! Nos vemos mas pronto de lo que piensan ;)

Cactus. [#1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora