● veintisiete

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-¡Mark hyung necesito hablar con usted!








Un molesto Jisung entró azotando la puerta trasera de la casa de Mark, con sus bracitos cruzados y el ceño fruncido.










-¿Qué quieres mocoso?

-Me debe algo.

-¿Qué cosa?

-Un beso.









Mark le daba la espalda mientras lavaba un plato y unos vasos, haciendo memoria.

¿Cómo es que aún lo recuerda si ha pasado una semana?









-No lo haré.

-¡Pero lo prometiste!

-Jisung, por qué mejor no esperas unos años más y cuando tengas la edad suficiente y un novio, le pides esas cosas.

-Pero yo te quiero a ti y quiero tus labios sobre los míos.









El mayor se dio vuelta quedando frente al niño, que seguía de brazos cruzados pero ahora dejaba mostrar sus blancos dientes en una sonrisa.









-Jisung, no, entiende.

-¡Pero Mark! Hice mi tarea y fui la nota más alta de la clase, me lo merezco.

-No uses esa excusa.

-Por favor.

-Mocoso -Mark aumento el tono de su voz, Jisung ni se movió.

-No te cuesta nada, hyung.










Es verdad, no cuesta nada.

Pero no puedo hacerlo.

Abrió la boca para dejar salir un claro pero no seguro "no".

Pero...









-Te quiero, Mark, mucho.

Al pequeño le brillaban los ojitos de una manera preciosa, mientras jugaba con sus manitos, nervioso.









-Está bien, te daré tu beso, mocoso.












*Seré tuyo para siempre y más, en las buenas y en las malas.

~sube al árbol. [marksung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora