●once

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-Jisung, ¿por qué llegas tan tarde? -la señora Park señaló el reloj, que marcaba las ocho y cuarto de la tarde.

-Yo, ah, me quede dormido.

-¿En el árbol?

-Eh, sí, es cómodo, mamá.











La señora Park rió al comentario de su hijo, mientras le servía la cena.










-No quiero que llegues más a esa hora, te he dicho máximo a las seis, cariño, debes tener cuidado.

-Claro, mamá.









Mark Lee apareció en su cabecita mientras jugueteaba con las arvejas de su plato.

Le gustaba su hyung, su cabello negro alborotado, su sonrisa, su nariz, sus ojos oscuros; aunque no lo trataba tan bien, le agradaba.

Pero seguía preguntándose por que Mark está tan solo, o por qué nunca sale de casa.

¿Cómo consigue comida?

¿No tiene una mamá, o papá o hermanos?

¿Novia o novio?

O quizá Park era demasiado pequeño como para entender los cambios en las relaciones familiares en la adultez.

O demasiado inocente para entender las intenciones de Mark.











*Dices que estoy loco pero no hay nada de malo en eso.

~sube al árbol. [marksung]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora