Seré Tu Hogar

10.

Mack se encontró con un medio dormido Theo cuando este le abrió la puerta. Cuando la miró una pequeña sonrisa se formó en sus labios y sus ojos mostraron una chispa de diversión.

—Este no es el servicio a la habitación que ordené, —dijo con una amplia sonrisa que ella correspondió.

—Lamento si te desperté, vine a pedir prestado tu baño.

Theo se hizo a un lado dejándola pasar y frunció el ceño. —¿No puedes bañarte en tu habitación?

Mack se encogió de hombros y alzó su teléfono. —Código rojo anoche. Dormí en el autobús y la ducha de ahí estaba fría.

—Código rojo ¿eh? —a Theo no le había agradado cuando Mack le contó el estúpido código de colores que Dex se había inventado, había estado casi seguro que su amigo no era tan idiota como para darse cuenta de que estaba comenzando a sentir algo por la chica, pero lo era. Y no solo idiota, también era demasiado terco como para escuchar cualquier cosa que ellos pudieran decirle.

—Necesito estar limpia, Astrid quiere que la ayude a revisar el vestuario para esta noche, —se giró con una sonrisa emocionada. —Es el primer concierto que veré casi desde el escenario.

Theo rio y sacudió su cabeza. —Tranquilizate un poco o mi pequeño sobrino va a querer salir antes.

Mack bajó a la mirada hacia su abultado vientre colocando una mano sobre él con cariño. —Aún no está listo para el mundo, pero está bastante listo para empezar a conocer algo de música.

Acercándose con una sonrisa Theo le dio un rápido abrazo y después le dio un empujoncito hacia el baño. —Chica, por una buena razón sabía que serías una gran mejor amiga. Apresurate que a Astrid no le gusta que se retrasen, la he visto molesta y esa chica da realmente miedo.

Mack le regaló una de sus amplias sonrisas antes de apresurarse al cuarto de baño. Theo no sabía muy bien como ayudarla, al inicio la había buscado porque era algo nuevo en su monótona vida, algo diferente, pero después de un par de meses ella se había ganado su sincera amistad, la valoraba bastante y quería que fuera feliz aunque aparentemente eso incluía a su imbécil amigo que evadía sus sentimientos.

El sonido de un celular vibrando lo sacó de sus pensamientos y fue hasta la barra donde Mack había colocado su celular antes de entrar a bañarse. Tres mensajes del mismo número entraron al mismo tiempo, después de un momento de vacilación Theo desbloqueó el teléfono para responderlos.

Dex no estaba seguro si Mack se encontraba molesta con él o no, no le había llamado o mandado mensaje durante la mañana y no es que él lo mereciera o lo estuviera esperando, pero es que desde la noche pasada se sentía algo idiota por haberle mandado el mensaje de código rojo. Ni siquiera disfrutó realmente de la noche con aquella chica su mente vagó demasiado preocupándose por Mack, se preguntaba a cada rato donde había dormido y se odió al imaginar todos los lugares posibles donde podía estar acurrucada... sola.

Presionó enviar cuando escribió el tercer mensaje y decidió que mejor sería esperar. No le había dado ni un segundo de responder los otros dos, no es que lo estuviera ignorando, estaba seguro que ella se encontraba bien solo que le ponía algo ansioso no saber en dónde. Soltó un suspiro exasperado sintiéndose más imbécil que nunca cuando su celular vibró anunciando un mensaje de ella. Lo leyó con prisa.

Mack: Amigo, ella está en la ducha. Le diré que responda cuando salga.

Dex leyó el mensaje una vez. Y luego otra. Finalmente su confusión se convirtió en molestia. ¿Ella estaba en la jodida ducha? ¿La ducha de quién exactamente?