Capítulo 2

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Marzo 1, 2017

— Cariño, debes comer. — reiteró Susan una vez más al ver a su hija mecer el tenedor por toda la comida sin el mínimo intento de llevársela a la boca—. ¿No te gusto? — preguntó con desánimo.

— ¡No! — niega rápidamente—. Claro que me gusto, es mi comida favorita. — apunta a la porción de lasaña sobre su plato.

— Pero...— alarga su madre esperando a que termine sus palabras; sin embargo, ya teniendo una idea de lo que dirá.

— Pero no tengo hambre. — suspira con pesadez.

— Llevas diciéndome la misma excusa desde hace una semana. — la regaña, esta rueda los ojos con cansancio—. Sé que estas triste pero no puedes dejar que te afecte aún.

— Mamá. — esta vez su apetito se cerró por completo entrándole unas ganas de vomitar como si hubiera comido gran cantidad—. ¿Podemos dejarlo así? — no quería escucharla, no quería recordarlo.

— Esta vez no, hija. — negó tomando asiento a su lado—. Cariño, sé que es doloroso perder a la persona que amas, pero no tienes que depender de ella. Sigue adelante, hay millones de personas ahí afuera y entre ellas debe haber alguna que te vuelva a llenar de felicidad, incluso más.

— No quiero otra persona. — niega, sus ojos empezando a cristalizarse.

— No dependas de él, ya no más. Quiero verte sonreír, dime ¿qué hubiese sido de ambas si yo siguiera en tu posición?

Solo la miro sin tener palabras para responder a aquella pregunta. No lo sabía, jamás se había puesto a pensar en aquello. Entonces recordó a su madre y su estado de ánimo tan lastimero cuando su padre las dejo, ______ con tan solo 6 años. Recordó los mares de lágrimas que su madre derramaba cada noche pensando que su hija no la escuchaba.

— Y-yo...— no sabía que decir—. Lo extraño. — fueron las últimas palabras que logró pronunciar antes de derramar todas las gotas de agua retenidas en sus ojos sobre sus mejillas.

— Lo sé. — asintió su madre mientras la envolvía en un abrazo y dejaba que su hija se desahogue.

— ¿Por qué se fue, mamá? — sollozó con fuerza—. ¿Por qué me abandonó?

Las pequeñas picazones en los bordes de los ojos avisando que lágrimas se avecinaban fue lo que Susan empezaba a sentir. También extrañaba a su casi yerno, pero lo que más le dolía era el sufrimiento que su hija pasaba. Respiro fuerte cerrando los ojos para no debilitarse, no podía, no cuando debía apoyar completamente a ______ para que ya pueda superarlo. Sabía que no era fácil, ella también había sentido aquel dolor cuando su esposo la abandonó, pero si podía lograr que su hija se demore menos tiempo en hacerlo, lo haría.

— Debes ser fuerte, mi amor. — beso su cabeza sin deshacer el abrazo.

Susan trababa de encontrar alguna salida, alguna solución para que su hija estuviera bien. Pero hasta el momento lo único que tenía en mente era el deseo de poder quitar las fechas 25 de enero y 1 de Marzo del calendario. Estos dos años habían sido lo mismo, una semana antes de aquellas fechas su hija se convertía en un zombie, no comía y tampoco tenía ánimos para hacer algo. Ni siquiera había podido convencerla de que regresara a vivir con ella, ______ se mantenía en la respuesta de estoy bien, pero su madre que la conocía muy bien sabía que no lo estaría.

— Solo quiero que este día acabe. — rogó mientras pasaba las mangas de su suéter por su rostro hasta quitar todo rastro de llanto.

— ¿Qué te parece si descansas? — sonrió tratando de que ella también lo hiciera, fracaso—. Si duermes las horas se irán más rápido. — lo pensó por un momento antes de asentir.

Cómo mirarte «J.B.»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora