Las camillas se encontraban a media habitación, la cual media 45x38 aproximadamente. Los chicos aún estaban en ellas, las luces blancas le daban tonalidades pálidas a sus rostros y pieles. La primera chica despertó, tenía un gran moretón en la frente, su semblante la delataba, tenía miedo. Se levantó de la camilla y empezó a revisar a los demás chicos, intento despertarlos pero no tuvo éxito, estaba muy asustada, pero se notaba que estaba soportando las grandes ganas de llorar; Caminó por toda la habitación intentando encontrar una salida. Sólo había una puerta de metal la cual no podía abrir y se rindió a los 10 minutos de intentarlo, se sentó en el piso frío de la gran habitación decorada con azulejos verdosos.
—La lluvia cesará antes del amanecer... Y él solo saldrá después... duerme, duerme, duerme hasta mejorar... - cantaba la chica mientras movía sus dedos al ritmo de la melodía que producía.
Un grito se escucho en la habitación. Al escucharlo la chica que estaba cantando se puso de pie y fue encima de la otra chica que había despertado.
—¿Quien eres?- pregunto la chica mientras lloraba a mares. —¡Vamos, responde!
—No lo sé... - la chica desconcentrada volvió en sí y después de un momento de estar en silencio hablo- Soy Andiana.
—Mi cuerpo- se vio las piernas y se percató de un tipo de placas de metal en ellas con muchos moretones que pintaban su piel- ¿Donde estamos? - pregunto, mientras veía a los demás chicos en la camillas y a la habitación vacía.
—No lo sé... - respondió Andiana mientras una lágrima salía de su ojo izquierdo.
El tercer chico despertó gritando «Matías». Su rostro estaba pálido. Las chicas se le quedaron viendo aún más asustadas. La respiración del chico estaba mal, no se podía levantar de la cama, el dolor que sentía en la columna era inimaginable. Los tres chicos estuvieron en silencio por un largo tiempo hasta que el chico se dignó a hablar.
—¿No me ayudaran a levantarme?- preguntó, con un rostro lleno de confusión.
—Oh, lo siento- exclamó Andiana mientras caminaba hacía él y lo ayudaba a levantarse de la cama, al levantarse, Andiana se dio cuenta que el chico llevaba cortada la espalda y un tipo de aparato metálico en la columna, como unos clavos. — ¿Por qué tienes eso? - pregunta preocupada. Mientras la otra chica solo escucha la conversación.
—¿Qué cosa?- pregunta el chico sin darle tanta importancia.
—En la columna- Responde Andiana.
— Yo llevo algo igual... Y no lo tenía - dice la segunda chica que despertó...
— No puede ser... Que te a pasado a tí... ¿Niña? ¿Cual es tu nombre? - pregunta Andiana mientras regresa hacía ella.
—Marcela. - responde - ¿Y tú, el de las cortadas en la espalda? - pregunta.
—Vinicio Asturias.- responde, mientras Andiana se empezó a reír.- No es el mejor nombre... Pero... Y ¿Cual es el tuyo chica burlista?
—Andiana.
—¿Andiana? ¿Quién lo invento un niño de 7 años con una sopa de letras? - preguntó sarcásticamente Vinicio
—Basta. - exclamó Andiana ya enojada.
—¿Por qué gritaste Matías? - pregunto, Marcela.
—Es el nombre de mi hermano.
Al terminando de decir estás palabras, otro chico más despertó, su respiración era ahogada. El cuello ortopédico que llevaba era una mala señal, Andiana corrió hacia él y lo sentó en la camilla. El chico quería hablar pero no podía, sus ojos estaban rojos y llenos de lágrimas, su rostro también estaba rojo.
—Tranquilo, tranquilo. No hables. Tranquilo... - intento tranquilizarlo aunque parecíaera inevitable, él joven se hecho a llorar. Andiana solo lo abrazo mientras Marcela y Vinicio observaban lo que sucedía.
Pasó una hora y el ambiente estaba muy tenso. En la habitación habían dos casi inválidos, un mudo y una chica que era la única que se podía mover. El chico del cuello ortopédico intento hablar pero no pudo y empezó a intentar a comunicarse con ellos por medio de señas... Andiana se dirigió al quinto cuerpo del chico que se encontraba ahí, ya había pasado mucho tiempo desde que él último despertó; Empezó a moverlo de un lugar a otro sin ningún resultado, su rostro estaba realmente lastimado, con la nariz rota y muchos moretones.
—¿Esta muerto? - pregunto Vinicio.
—No lo sé...
—Desde que desperté has estado diciendo, “No lo sé”- dijo Marcela enojada.
Pero Andiana no hizo caso a nada e intento despertar nuevamente al chico.
—Bueno... Iniciemos, ah! Y por cierto, déjalo preciosa, a veces los golpes o los químicos son tan fuertes que ya no despiertan. Pero mirense, ustedes si despertaron...- dice una voz masculina que se escucha en toda la habitación
Los jóvenes quedan completamente asustados y seguramente desearían seguir inconscientes.
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Simplemente desconocidos
De Todo-Sólo se volverán unos simples desconocidos para ustedes mismos. Será mejor que se preparen, esto se va a poner peor