S É I S

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Por primera vez en mis diecisietes años me dio miedo o pena acercarme a una chica.

Pero es que ella provocó algo en mí y, a pesar de su cálida y sincera sonrisa hacia mi persona, me quedé estático en la camilla y por un momento pensé que me podría quedar así en los días que los doctores me tendrían en observación.

Hasta que su suave risa se hizo presente ante mi notable nerviosismo.

Nunca estarás solo © (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora