S I E T E

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Quise correr hacia ella en ese instante, pero las máquinas que tengo aún instaladas en mi cuerpo me lo impidieron.

A mi compañera al parecer no la retendrían esas máquinas que estaban en ella, puesto que se las quitó como si nada y sólo caminó hacia mí con la vía que arrastraba.

Le sonrió a mi madre y luego me miró a mí, quería hablar conmigo.

Y yo sólo pude escuchar como los sonidos de la máquina subían y tenían un compás bastante rápido.

Nunca estarás solo © (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora