C U A R E N T A Y U N O

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En grandes zancadas llegué hacia ella; la abracé y besé su frente, aspirando el olor a frambuesa de su cabello.

Le pedí perdón por haberla abandonado, pero no me esperé que ella hiciera lo mismo con lágrimas en sus ojos.

Sus dulces ojos.

Nunca estarás solo © (Completa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora