Capitulo 4: No más soledad

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Puedo ver su sonrisa, aquella sonrisa tan boba suya que tanto me molestaba y que por alguna razón en estos momentos hace que mi corazón se acelere. Lo veo de lejos, no me atrevía a acercarme a él. Fue ahí cuando comenzó a alejarse, me dio la espalda y con lentitud y sin decir nada... se fue.

N-No... ¡¡LANCE!! .—Le grité para luego comenzar a correr hacia él—

Una barrera molesta se interpuso entre nosotros, una extraña barrera de agua. Dejé de verlo, se había ido. Por alguna razón no intenté atravesarla, no me atreví, me dio miedo y por ello se me había vuelto imposible alcanzarlo.

No te acerques... ¡Alejate! .—Su voz resonaba como un eco en mi cabeza—

¡¡Dejame ayudarte!! .—Grité llevando mis manos a la cabeza—

No puedes ayudarme... ¡ninguno puede hacerlo! .—Continuó—

¡Basta, solo dejame ayud--! .—Me interrumpió—

¡¡NO LOS QUIERO LASTIMAR, VAYANSE!! .—Dicho eso dejé de escuchar su voz—

La barrera de agua se había lanzado sobre mí y antes de darme cuenta me encontraba bajo el agua, como si del profundo oceano se tratara. No podía respirar, tenía frío. Divisé a Lance acercandose a mí pero... no parecía él. Su cuerpo estaba envuelto en un extraño manto que parecía estar hecho de agua, su piel era casi tan azul como el mar en las noches. Y sus ojos... Sus ojos emitían una luz blanca, ni siquiera podía mirar sus pupilas.

No parecía ser el mismo Lance de siempre.

Con sus manos envolvió mi cuello sin apretarlo, aun que de cualquier manera ya estaba ahogandome. Intenté gritar su nombre pero me fue imposible, y al final terminé despertando de aquel extraño sueño. Abrí mis ojos de golpe mientras respiraba de manera irregular, como si no hubiese estado respirando por casi horas. Sudaba, apenas si podía pensar en una sola cosa. La imagen de Lance permanecía en mi cabeza mientras que las inmensas ganas de ir a verlo me comenzaban a invadir.

— Al diablo, voy a ir .—Dije en voz alta—

Me levanté, me vestí y salí de mi habitación. Corrí al angar en donde se encontraba mi león junto con el resto y para mi sorpresa me encontré con Pidge. Al simple cruce de miradas nos quedamos estaticos, ninguno esperaba ver al otro, tal vez es por que la mayoría ya estaba durmiendo. Y claro, tambien nos sorprendía el hecho de ver que ambos nos encontrabamos con el traje puesto. Ambos habíamos venido con una cosa en común, salir de la nave con nuestros leones.

— Emm... yo... solo estaba de paso .—Se miraba nerviosa—

— ¿De paso y te ibas a subir a tu león? .—Alcé una ceja—

Tartamudeaba, ni siquiera sabía que excusa podría darme. Al final resignada no tuvo de otra mas que decirme la verdad.

— Yo... planeaba ir a ver a Lance .—Suspiró— Allura dijo que todavía queda bastante tiempo para que nos vayamos asi que.... pensé que--

— No te irás .—La interrumpí— Es mejor si te quedas y me cubres si es que notan mi ausencia.

— Pero...

— No irás, ya te lo dije. Solo cubreme, volveré pronto .—Dije para luego caminar hacia mi león—

— No te cubriré, Keith... no es justo. Mas bien, te voy a delatar si no me dejas ir .—Se cruzó de brazos—

Volvimos a cruzar miradas, se miraba que ella hablaba totalmente enserio a lo que suspiré con pesadez. ¿Qué es ella?, ¿una niña pequeña?. Aun que... practicamente lo es ya que tiene 15. Será una adolescente pero en verdad que aveces puede actuar como toda una niña.

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