Capitulo 4

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Palabras poderosas

⏳⌛
...

—Jared, despierta...

—¿Alguien sabe qué le paso?

—Lo encontramos en el piso señor —contestó el ayudante.

—Jared.

Aarón le dio unas cachetadas suaves en el rostro, pero con un poco de fuerza para traer a su amigo de vuelta a la realidad. Aunque, su realidad en ese momento fuera una porquería.
Jared abrió los ojos poco a poco para aclarar su vista que la tenía muy borrosa además de que tenía mucha comezón en los ojos. Se incorporó y se puso de pie con ayuda de sus amigos quienes muy preocupados habían llamado rápido a Camilo.

—¿Jared? ¿Qué te paso?

Él volteó y se alejó de Camilo asustado recordando lo que había visto en sus ojos, pero en esos momentos él se veía tan normal como siempre y en sus ojos no había nada y tampoco tenía el iris rojo. Todos lo miraron muy raro y exactamente es así como él se sentía.

—¿Qué me pasó? —preguntó mirándolos a todos.

—Lo vi caminando rápido y de repente se desmayó, señor —explicó el empleado algo nervioso pues el aspecto de Jared le daba miedo.

—Jared, creo que será mejor que te revise un médico —le dijo David tomándolo del brazo, pero él se zafó del agarre.

—Estoy bien, solo quiero ir a dormir.

—Bien —dijo David llevándolo a la habitación—. Les avisare si pasa algo, vayan a terminar de desayunar.

Cada uno se retiró para hacer sus cosas dejando al par de amigos alejarse. Camilo volteó con los otros tres y les habló con tono serio.

—Manténganme informado de todo —ordenó con firmeza y los otros aceptaron sin rechinar.

—Sí, señor.

Camilo se alejó con pasos largos y decididos, Aarón, Caín y Ricardo parpadearon confusos y se miraron entre si sin saber qué pasó después de que David y Jared se alejaron.

—Me sentí raro ¿qué paso?

—No lo sé Ricardo —contestó Caín y los tres se fueron al comedor para terminar su desayuno ya frío sin recordar la orden de Camilo.

Jared caminaba sin querer hacerlo, pensaba sin saber en qué, reflexionaba sin saber el por qué lo hacía, miraba a todos lados sin saber qué es lo que había en su entorno, lo único que sabía era a dónde iba, pero no quería llegar. Sus pasos eran lentos y sin ánimos, parecía un caminante...

—Caminante...

—¿Qué?

—Caminante —repitió Jared—. Caminante.

—¿De qué hablas Jared?

—En un caminante te convertirás...

—Jared de verdad me estas asustando y quería decirte que... —de repente David cerró la boca y miró a todos lados algo confuso, se frotó los ojos y se separó de Jared con algo de desconfianza. Corrió lejos de él y desapareció por uno de los pasillos al dar la vuelta.

—¡David! ¡David!

Jared comenzó a preocuparse por el repentino cambio de decisión de su amigo al alejarse. ¿Qué les pasaba a todos? ¿O era él el que estaba mal? Caminó con mucha prisa hasta llegar a su habitación y se encerró en ella. Se puso a pensar en lo que había pasado antes de desmayarse. Lo de Camilo tal vez había sido su imaginación, pero se vio tan real y se sintió tan real que Jared apostaría todo a que no lo había imaginado, pero al final no se lo podía contar a nadie porque no le creerían. Hubiera podido decírselo a David que era con el que más convivía, pero no quería preocuparle más de lo que él mismo ya estaba. Además, era un asunto que él debía resolver y aunque, quisiera hablar con David, él había salido corriendo sin razón alguna.

Maldecido PoR UnA FANDonde viven las historias. Descúbrelo ahora