No quería descansar y tener pesadillas, me alcanzaba con las horribles imágenes que viajaban por mi cabeza todo el tiempo. Aunque mis párpados se caían con la intención de cerrarse, no podía dormir.
Ya que el vuelo duraba 3 horas, aproveché y saqué el diario. Empecé a leer por la parte donde había quedado la última vez.
“Me despertó una mucama al día siguiente y me dijo que me vistiera y bajase a desayunar. Hice como me dijeron y salí de la habitación. Me acompañaron los hombres de antes, supongo que son la seguridad de esa mujer, hasta otra habitación que parecía ser el comedor. Era todo de madera barnizada, la mesa, las sillas, los muebles, el piso. En la mesa estaba servido el desayuno, que consistía en: panqueques, fruta, waffles, galletas. Para beber había té, café y chocolatada. Sentada ya en la mesa comiendo, estaba aquella mujer y me dijo:
- Siéntate querida- y yo obediente, lo hice y me senté en la punta contraria de la mesa.
-¿Qué quieres de mi?
-Ay querida, no te preocupes ya llegará el momento donde te cuente todo lo que quieras saber, pero ahora calla y come-.
Estaba muerta de hambre, así que me serví unos panqueques con dulce de leche, comí ensalada de fruta y bebí un café con leche. Al terminar la mujer me dijo:
-Ahora que ya te alimentaste vas a ir a la biblioteca donde estudiaras con un tutor.
-¿Por qué quieres que estudie?
-Yo se que todavía vas a la secundaria y no quiero que te atrases en tus estudios por mí. Bueno, guardias, lleven por favor a Mary a la biblioteca.
Abandoné el comedor y me dirigí a la biblioteca. Pasamos por otro pasillo bien alumbrado de paredes de color beige, pero no había ningún adorno colgado. Llegamos a una puerta de madera pintada de blanco con una placa dorada colgada de ella. Los hombres me indicaron que entre y lo hice. Me asombré, al ingresar ví que era la biblioteca más hermosa e inmensa que había visto en toda mi vida. Los estantes eran de cristal reforzado color turquesa que daba la impresión de que los libros estaban sobre agua, pero sin mojarse obviamente. Había libros de todos los colores, todos con tapa dura, algunos gruesos, otros con menos páginas. ‘Este es el sueño de un lector’ pensé.
De repente ví a un hombre anciano, con los anteojos en la punta de la nariz y un traje gris.
-Veo que te gustan los libros. Me dí cuenta por como miraste a tu alrededor. Yo conozco esa mirada- afirmó el anciano con una sonrisa.
-Tú debes ser mi tutor ¿no?.
-Si, soy yo. Por si te preguntabas, sé que te llamas Mary. Que hermoso nombre. Yo me llamo Ben George.
-Mucho gusto- Le dí mi mano para saludarlo.
-¡Qué chica tan educada!. Ven, empecemos la clase- dijo y dejó de estrellarme la mano.
-¿Qué me enseñará?
-De todo, y te voy a dejar un diario para que puedas escribir lo que desees. Ya sé que no tenés celular y necesitas expresarte de algún modo.
-¿En serio? Gracias por su gesto tan amable- dije y agarré el diario que me ofrecía Ben.
Era de color escarlata con el anillado dorado y con hojas blanco crema. Sí, es justo el diario que posees en tus manos para que sepas toda mi historia desde que desaparecí hasta este momento y mañana y todo mi tiempo esta escrito aca en este diario. Decidí hacer algunas referencias pasadas para que sepas todo y ojalá estés entendiendo mi historia.
-Bueno, empecemos con literatura. Ven y elije un libro. Vamos a analizarlo.
Elegí el mito del minotauro y empezamos la clase.¨
-Atención pasajeros, abróchense los cinturones que aterrizaremos en Boston- dijo una voz distorsionada.
Pegué un salto en el asiento al volver a chocarme con la realidad. El pasajero que estaba a mi lado comentó:
-Debe de ser un buen libro para que no te des cuenta lo que pasa en el presente.
-Sí, lo es. Me llamo Charlotte- dí un nombre falso por seguridad. Le ofrecí mi mano como saludo.
-Yo me llamo Ben.
Lo mire con ojos muy abiertos. Era un anciano con unos lentes, poco pelo canoso y un traje negro.
-Atención pasajeros, ya aterrizamos, pueden desembarcar del avión- volvió a decir la voz distorsionada.
Agarré mi única maleta, me despedí del anciano y bajé del avión. Pedí un taxi y le indiqué que me lleve al motel más cercano. Me llevó al Sleep Well, un motel bastante decente, y le pague en efectivo. Me registré con el nombre de Charlotte Suez y me dirigí a la habitación número 18. Dejé mi valija en el piso, al salir cerré con llave la habitación y fui a comprar una bebida. En la recepción me encontré sorpresivamente a Ben.
-Hola Ben- dije sorprendida-¿Vos tambien te hospedas acá?
-Ah, hola Charlotte. Si recién me registré- me dijo y me mostró la llave que decía número 17.
-¡Somos vecinos! Cuanta coincidencia, ¿no?.
-Sí, la verdad que sí. ¿Quieres acompañarme para almorzar juntos?
Asentí y nos fuimos al comedor del hotel.
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El Diario Escarlata
Mystery / ThrillerAcompaña a Rosie a encontrar a Mary que desapareció misteriosamente en su fiesta de 16 años.