1. (bendita tinta)

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Género: AU // Bamx2provocativo(?)

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n/a: Se supone que iba a empezar con los viejos drabbles PERO quiero inaugurar este nuevo espacio con una historia nueva,también XD! Después voy a subir de a uno los anteriores.

No me pregunten cómo surgió esto porque no tengo idea, aunque me van a matar por el final (?)

Bienvenido al mundo de la maknae line

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YuGyeom era el más joven dentro del negocio y estaba claro que era quien más atención recibía por parte de los clientes. Ser joven, atractivo y vestirse de la manera que él lo hacía, con jeans oscuros pegados al cuerpo y llevando camisas negras con los dos primeros botones abiertos era sin duda irresistible. Un delicioso pecado.

El local de tatuajes contaba con tres salas para atender, destinada una específicamente a él.

Ese día ni siquiera iba a trabajar, pero ninguno de los otros empleados podía asistir y él resultó ser el salvavidas de su hermano mayor.
No era un rebelde como la mayoría creía o pensaba de él, YuGyeom no faltaba a clases y no delinquía como decían los absurdos rumores que corrían por el colegio. Debido a esa clase de mentiras, sus compañeros de escuela le temían, lo evitaban e incluso -a veces- aconsejaban a los nuevos a no acercarse. Pues claro, poseer un tatuaje en su hombro el cual era visible cada que usaba una camiseta de cuello amplio lo transformaba automáticamente en un delincuente.

Eso y trabajar en un centro de tatuajes.

Estereotipos.

Así que ese día andaba cabreado.

-Tienes un cliente más.

Casi pateó la mesa con los materiales al escuchar hablar a su hermano.

Frunciendo las cejas en total desagrado, acomodó el cuaderno de bosquejos para el cliente. Deseó para sus adentros que el diseño fuese uno simple y monocromático, nada de sombreados y texturas, o descomunales dibujos abstractos. Se colocó el cubrebocas para no hacer tan evidente su malestar y esperó.

Sin embargo la persona que ingresó a su sala logró quitarle el malhumor en tan sólo unos segundos.

BamBam era ese chico que por varias oportunidades había asistido al local siempre en plan de acompañante. Se quedaba en la recepción hojeando alguna revista o perdido en su celular. YuGyeom lo solía mirar disimuladamente mientras ocupaba el puesto de su hermano en el mostrador de bienvenida, y había descubierto que ese chico hacia lo mismo que él: se miraban, en definitiva.

-Pasa -le ordenó YuGyeom colocando su libreta de dibujos sobre las piernas.
-No quiero algo complejo, es sencillo -aclaró antes de que el tatuador siquiera le preguntara sobre su diseño.
-¿Y qué es?
-Una estrella.

Le indicó que se ubicara en el asiento, enseñándole un par de rápidos bocetos de estrellas con algunos detalles.

De vez en cuando, mientras observaba a su cliente comparar los tamaños de los dibujos, YuGyeom escaneaba con sus ojos ocultos debajo de su flequillo la apariencia del cliente. De cerca, se dio cuenta que llevaba lentes de contacto color gris; más llamativo y misterioso no pudo resultarle.

-¿Dónde lo quieres?
-En la muñeca.

La máquina con su característico sonido comenzó a depositar la tinta sobre la blanquecina piel de BamBam. El dolor de principiante lo estaba experimentando, sobre todo por la zona delicada que había elegido. Sin embargo, no quería llegar adelante su plan, el real motivo por el que estaba allí. No sin antes verificar cien por ciento que el chico tatuador era el mismo que vio las veces anteriores.

Con toda la expectativa del mundo, BamBam se atrevió a retirar el cubre bocas que llevaba YuGyeom descubriéndole el rostro.

Era él.

-Oh -fingió sorpresa- ¿tú eres el mismo chico de la recepción?
-Sí -YuGyeom detuvo su trabajo unos segundos bastante sacado de sí.

Retomó su posición intentando volver a concentrarse pero en cuanto la aguja volvió a penetrar en la piel, BamBam liberó un gemido de dolor.

-¿Te duele?
-Sí.
-¿Es tu primer tatuaje?
-Sí -repitió- eres mi primera vez.

YuGyeom ignoró aquello por el bien de su trabajo. Debía dejar de darle doble sentido a las cosas si no quería meterse en problemas.

—¡Ah! —gritó otra vez—, duele.

Los bajos instintos de YuGyeom comenzaron a florecer en cuanto se quedó estático un par de segundos admirando el rostro de su cliente. Había cerrado los ojos -por el dolor quiso creer- y presionaba con fuerza sus labios entre los dientes, dejando que los sonidos de su voz salieran desde su garganta con un timbre inquietante y lascivo.

Intentó concentrarse en su trabajo, cargando más tinta sólo por el hecho de cortar su contacto con el cuerpo del chico más delgado. Presionó la aguja en la zona y los mismos gruñidos volvieron a escucharse... esta vez, sin embargo, BamBam colocó sobre su abdomen el otro brazo y sujetó su camisa con fuerza demostrando dolor, elevándola hasta enseñar su ombligo.

A YuGyeom se le secó la garganta.

—Es todo —tosió él. Arrastrando su asiento tomó el film protector y demás objetos para finalizar su trabajo—. Es pequeño, así que no tendrás problemas...

BamBam se acercó hasta él con total calma aún manteniendo el agarre de sus ropas exhibiendo parte de su abdomen plano.

Algo punzó en medio de sus piernas, algo llamado excitación.

Para cuando su mente volvió a activar, se dio cuenta de que ya no tenía el cubre-bocas puesto, y que su cliente estaba más cerca que antes.

Debía ser un maldito sueño. Debía serlo porque tener a un atractivo muchacho recargado sobre sus piernas besando su cuello y lamiendo de extremo a extremo el tatuaje de su hombro, no era algo de todos los días. Mucho menos que éste estuviese introduciendo lentamente su mano por debajo de su camisa y tocándole a su antojo.

—He soñado con esto desde que te vi en recepción la primera vez.

Y aún si fuese un sueño, YuGyeom lo iba a disfrutar.









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Drabbles [YuBam]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora