Volando sobre hielo (Reescribiendo)

Capítulo 7

Después de aquel suceso tan extraordinario para la chica, quiso dormir. 

Pero no puede.

Los incesantes latidos de su corazón la martirizan y le hacen dar vueltas en la cama, toma su teléfono nuevamente guardando con recelo el chat con el chico y abriendo el de su amiga. 

No recordaba cuando fue la última vez que habían hablado tan tarde en la noche con la pelinegra y reza por que la chica esté despierta. 

Milenka

No lo culpo... 

 Aquello había sido lo último de su conversación cuando el teléfono de Dimitria se había apago y luego hubo el montón de sucesos catastró-maravillosos.

Dimi
¿Estás viva?

La espera no fue larga hasta que la otra chica respondió sacándole una sonrisa a su mejor amiga.

Milenka
¿Esa no debería ser mi línea?

La castaña sonrie para sus adentros, gracias a todo lo bueno de su mundo, podría desahogarse un rato y mantener la mente ocupada en otra cosa que no fuera el último mensaje que había recibido de aquel príncipe de rizos pelirrojos, sonrisa amable y ojos tan azules y tan calmados como el cielo despejado.

Solo pensarlo por instantes hace que su corazón tieble de emoción y sus cachetes se tornen de un rosa tan cálido como los brazos que la sostenían mientras lloraba.

Milenka
¿Y bien? ¿Se tomaron la bendita foto? ¿Cenaron en el restaurant de siempre?

Dimi
Pues, sí.
Pero no salió como siempre.

Milenka
¿A qué te refieres?

La chica no sabe por dónde empezar a relatar todo lo que ha sido en la noche. Sabe que su mejor amiga obviamente la va a regañar, pero tiene que decirle.

Dimi
Me vas a dar muchas charlas después de esto
...
Bien, le he gritado a mi mamá y luego salí huyendo por los alrededores.

Pasa largo rato sin respuesta y la chica piensa que Milenka se ha dormido, pero su celular empieza a vibrar como loco con una llamada entrante de la pelinegra. Su corazón en la garganta le aprieta, sabe que debe contestar, y también sabe que la chica le reprenderá.

Con muchos pensamientos en su pequeña cabeza, decide pulsar el botón de contestar.

—¿Sí...?

—¡DIMITRIA! ¿TE HAS VUELTO LOCA? ¿CÓMO VAS A SALIR DE NOCHE SOLA, A LOS ALREDEDORES? TE PUEDEN VIOLAR, O PEOR, MATAR.

La voz de histeria de su amiga le causa algo de gracia, está más alterada que su madre cuando se reencontraron. Su madre solo estaba llena de tristeza, melancolía y un arrepentimiento tan grande como el mar, infinito.

—Estoy bien, gracias por preguntar —Sonríe la menor con calma —Lo sé, no debí, pero le dije cosas muy feas a mi madre... No podía enfrentarla después de mi ataque de coraje.

La otra muchacha, se calma al oír hablar con tranquilidad a su amiga

Exactamente ¿Qué había pasado?