El sol golpea tu cara y sientes el calor del mismo mientras estás tomado de la mano de Marisol, caminas lentamente a su lado en calles del centro capitalino. Mientras van apreciando los shows de magos callejeros o las poses de las estatuas humanas y sus interpretaciones al recibir moneda, tu mente piensa en lo ocurrido en la mañana.
Mientras desayunabas y apreciabas el noticiero, la transmisión de una declaración de Raúl, quien fue tú comandante, te hizo parar de una acción tan sencilla como lo es desayunar, y concentraste todos tus sentidos a aquella noticia.
Raúl se encontraba ante una serie de personas que tenían, al igual que tú, su concentración en él.
El silencio era casi total, únicamente el sonido de las cámaras tomando fotografías eran los que se lograban percibir en aquel video.
—El día de ayer, aproximadamente a las veintidós horas. Se hizo la aprensión del culpable de una serie de suicidios influenciados. El sospechoso fue encontrado después de que intentara volver a influenciar a un joven de diecisiete años.
»Las razones parecen indicar, que todos las personas que cometieron suicidio, habían sido reclutadas a una secta en la que se les prometía una especie de apoteosis.
Dicho esas palabras, las personas empezaron a alzar la voz, extendiendo micrófonos o grabadoras, mientras comenzaban a hacer preguntas sobre el tema.
La transmisión se detuvo ahí y el conductor del programa tomó la palabra. Pero a eso ya no le prestaste atención y tu mente se quedó meditando lo que acabas de ver y escuchar.
«Les tomo dos días inventar esa noticia» pensante «Dos días les tomó arreglar lo que Jesica causo»
Instintivamente, tomaste el teléfono y le marcaste a Roberto. Pero no hubo contestación alguna. Volviste a intentarlo otras tres veces, pero en todas Roberto no contesto.
«Quizá aún este dormido»
Apenas dejaste el teléfono nuevamente sobre la mesa, este comenzó a vibrar y a sonar. Lo tomaste con rapidez pensando en que era Roberto, pero no era así. Aquel número que parecía en la pantalla no lo conocías y por un momento pensaste que quizá se trataba de Teresa, fue por esa razón que decidiste contestar.
—¿Aló?
—Oficial, necesitamos hablar.
No tardaste en familiarizar aquella voz.
—Después del problema en el que nos metió, ¿por qué aceptaría hablar con usted?
—Porque acaban de cometer un gran error y creo que usted es el único que lo entiende.
—No sé de qué habla, y le pido me deje tranquilo. Bastante tiene con que nos haya hecho eso, no moleste otra vez.
—Oficial... —no la dejaste terminar, puesto que finalizaste la llamada.
Por alguna extraña razón, te la has vivido recordando estos últimos días y cada vez que lo haces, una extraña sensación se aviva dentro de ti.
—¿Emanuel?
—¿Sí?
—Te pregunte si querías ir a casa. No te ves nada bien.
—No, ahora más que nunca deseo estar contigo.
—¿Lo dices por lo de tu trabajo?
—No, lo digo porque es verdad.
Y aferrándose a ti como si se fuera a caer por un precipicio, te abraza con cariño y ternura. La sujetas y la abrazas, como si tu fueras el único que puede evitar que caiga a ese abismo imaginario. Sentir su calor te hace sentir bien y estas casi seguro que a ella también; quizá hayas perdido tu trabajo, pero eso no te importa en ese momento. Si ella te pidiera rechazar cualquier trabajo, sabes que lo harías.
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El rostro de la oscuridad
Mystery / ThrillerEn la ciudad de México, los suicidios no son algo fuera de lo común del día a día de sus habitantes. Pero tras una serie de casos similares el oficial judicial Yañez y su compañero Carrasco descubriran algo más allá de su comprension.