¿Suerte O Desgracia?

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-N.O-
Lana.- ¿Te dijo algo, Willy?
Guillermo.- Bueno... Me preguntó si estaba bien... Si no tengo cuidado lo terminará sabiendo y... Quién sabe qué podría hacer De Luque
Lana.- Tal vez debiste decirle... Él podría ayudarte, Guillermo

Guillermo lo pensó un momento y era verdad. El hijo de De Luque podría ser quien lo salve de ese infierno... Pero ¿cuándo volvería? Esperaba que fuera pronto.

Frank.- Guillermo. De Luque te espera en su oficina
Guillermo.- ¿E-Eh?
Lana.- Frank ¿le has dicho de lo que habló con el joven De Luque?
Frank.- Solo hago mi trabajo
Lana.- ¿No sientes compasión por Guillermo, tío?
Frank.- Guillermo, ve de una vez, y Lana, si no quieres que le informe al jefe de tu mal comportamiento por favor mantente en silencio

La rubia frunció el ceño.
Guillermo no tuvo mas opción que obedecer e ir a la oficina de su "preciado" jefe.

Una vez dentro De Luque le pidió que se sentara.

DL.- Bueno, Guillermo... Frank me informó que tuviste una pequeña charla con mi hijo... ¿podría saber de qué hablaron?
Guillermo.- D-De nada importante, señor, s-sólo me ha preguntado si estaba todo bien, le respondí que sí y eso fue todo... Lo juro
DL.- Vale, te creeré. No quiero que mi hijo tenga una mala visión de mí, así que esperemos por el bien de ambos, que no se entere de nada
Guillermo.- N-No diré nada, señor
DL.- Sabes, temo que se te escape algo... Así que, quiero tomar medidas
Guillermo.- ¿Eh...?
DL.- Ven conmigo, Guillermo

De Luque se levantó de su lugar y siendo obedecido por Guillermo salieron de la oficina. Todos los empleados hacían una reverencia ante De Luque y miraban disimuladamente al joven Guillermo con lástima y lamentándose el no poder hacer nada para ayudarlo.
Los sirvientes del lugar conocían a la perfección el lugar y ya sabían a dónde estaba dirigiendo a Guillermo.
Insistían, era una lástima que Guillermo trabajara para ese hombre.

Los rumores corrían rápido, y Lana se enteró de lo que pasaba.
Lana.- Chicos...
Laura.- ¿Lanita, qué pasa?
Lana.- Ha pasado mas rápido de lo que esperabamos... No pudimos ayudarlo antes de 'eso'
Ruben.- ¿Ha-Hablas en serio?

La rubia asintió.
Los presentes se sintieron mal por el chico y Ruben estaba a nada de entrar en pánico. Quería tanto sacar a Guillermo de aquél lugar antes de que De Luque le hiciera lo que estaba a punto de hacerle.

Ruben.- Mangel, debiste dejarme advertirle desde el principio
Mangel.- Ya te dije que lo hice por ti, si Frank se hubiese enterado de que lo ayudaste tú estarías en su lugar, Ruben, y no me perdonaría no poder ayudarte
Ruben.- Pero...
Mangel.- Pero nada, deberías estar feliz de que no eres tú quien está en su lugar
Laura.- Esperemos que no sea muy duro con él...
Ruben.- ¿Bromeas? Es De Luque de quien estamos hablando, no tendrá compasión.

Ruben lo sabía perfectamente, pues antes de que Guillermo entrara a trabajar Ruben era quien sufría de ese maltrato.
Era él quien tenía que sufrir los múltiples abusos de su jefe y era asqueroso... Cuando lo dejó salir de aquél maldito lugar le dijo que había encontrado a alguien mejor, a alguien mas fresco y nuevo.
Por supuesto que el hecho de que no sería abusado nuevamente le hacía sentirse bien... Pero al saber que un niño sería el nuevo juguete de De Luque lo ponía triste... Aquél chico no se merecía aquello. Se había propuesto salvarlo. Sacarlo de ahí lo antes posible y antes de que fuera sometido a lo que él.
Mas sin embargo ya era tarde. El chico seguramente ya estaba ahí debajo siendo una pieza de juguete para De Luque.
Laura.- ¿Qué haremos ahora?
Frank.- Trabajar, es lo que deberían hacer
Ruben.- ¿Quieres dejar de jodernos mas el día e irte a donde nadie mas pueda verte? Gracias
Frank.- No deberías hablarme así, Doblas, si De Luque se entera...
Ruben.- ¿Qué? ¿Qué si De Luque se entera? ¡Me da jodidamente igual si se entera! No eres mas que su maldito juguete, Garnes, eres cómplice de todo y si la policía se entera...
Frank.- No se enterará nadie y ambos lo sabemos, porque si alguien abre la boca, las cosas terminarán mal.
Lana.- De verdad que eres despreciable, Garnes, Guillermo no es mas que un niño... Someterlo a algo como eso...
Frank.- Deberían meterse en sus asuntos, trabajar y ya es...
Frank se quedó en silencio al ver aquél auto volver.
Sí. Era el hijo de De Luque.
¿Por qué había vuelto? ¿Había olvidado algo? Sea lo que sea no era un buen momento y todos lo sabían.
Todos fueron nuevamente a sus posiciones y una vez Samuel estuvo en la entrada y fue recibido como siempre, preguntó por su padre.
Laura.- É-Él está ocupado ahora mismo
Lana.- Si gusta puede dejarnos el mensaje y se lo haremos saber lo mas pronto posible
DeLuque.- No, gracias, me gustaría hablar con él directamente
Frank.- El señor de Luque está muy ocupado ahora mismo, no le gustaría dejarlo esperando, joven De Luque
DeLuque.- Bien, entonces me quedaré aquí hasta que termine
Frank.- Puede que no se desocupe si no hasta muy tarde... Por la madrugada
DeLuque.- Bien, entonces pasaré la noche, Borja
Borja.- ¿Sí, joven De Luque?
DeLuque.- Llama a mi madre y dile la situación, asegurate de decírselo con lujo de detalles; Dile que mi padre está demasiado ocupado con una situación que desconozco y puede que no termine hasta tarde, hasta muy tarde por la madrugada, porque sea lo que sea que esté haciendo es mucho mas importante que su hijo al cual ve como mucho siete veces al año.
Borja.- A sus órdenes
DeLuque.- Ah, sí, y ya que estamos dile que ni siquiera vino en persona, si no que mandó a su secretario, oh y que olvidó mi nombre una vez mas
Borja.- ¿Algo mas que agregar, joven De Luque?
DeLuque.- Mh... ¡Ah, sí! Que ni siquiera se da a la tarea de cuidar a sus empleados, tienen discusiones diarias y se ven deprimidos... Creo que eso sería todo, aunque el servicio es bueno y todo está muy bien ordenado... Pero todo lo hacen sus empleados seguro
Borja.- Vale, en seguida hago el informe

Los presentes se quedaron estáticos, en especial Frank. Si De Luque se entera de todo lo que su hijo sabe, y cuál es la imagen que tiene de él... Seguro todos morirían. Lo que De Luque quería era impresionar a su hijo y que lo viera con respeto, pero la situación era exactamente la contraria.
Además el joven De Luque había llegado en el momento menos indicado. Su jefe estaba arreglando algunos asuntos con Guillermo y no iba a dejar aquello a medias.

DeLuque.- Por cierto ¿en dónde está el empleado nuevo? Me gustaría preguntarle cómo es el trabajo aquí y si está conforme

Las cosas se complicaban cada vez más para los empleados de De Luque... ¿Qué le dirían? El joven De Luque nunca antes les había hecho un cuestionario como el que acababa de hacer, con suerte y les dirigía la palabra para saludarlos y preguntar por su padre y justo hoy, justo ahora se le daba por hablar tanto... ¿era suerte o desgracia?

El Hijo De Mi Jefe|WigettaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora