Mi Profesor de Educación Física. | Rubius y Tú.

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Ruben.

Maldita alarma. Maldito Wilson, malditos todos. Ese era el inicio de un día normal en mi vida.

Levantarme, quedarme "5" minutos más, que eran como el triple de ellos, bañarme, lavarme los dientes, ponerme perfume y ropa eran fases que siempre hacia en mi rutina. Ir a aquella escuela en la que le tenia que hacer suplencia a mi amigo no era de lo mejor. Y menos ahora que, mientras hacia mi desayuno y miraba mi móvil chequeando Twitter, varias de mis criaturitas hablaban sobre un sólo tema; mi nueva "novia".

Y si, aquella alumna argentina que ya me caía bastante bien y a la cual le hice una broma, de ella sospechaban.

Hice zoom a la foto que me había enviado Mangel, confirmando que éramos ella y yo. Pero, no recuerdo que me haya bes... Oh.

Escupí mi taza de café.

— Joder.. —susurré mientras con nerviosismo limpiaba la pantalla del móvil— si que la cagamos.

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Hoy decidí vestirme como se me cantaron los huevos *multimedia* , literal que apenas empezó el día y ya estaba teniendo un día de mierda.

Pato me cagó a pedos porque la almohada se la metí en la boca más o menos, y así de caca empezó mi rutina.

Me tropecé con el gato de Patricia que ni siquiera se si la dejaban tenerlo, me salió un moretón en el brazo debido a eso y lo puteé hasta en chino hasta que se asustó y se fue corriendo a los brazos de mi amiga.

Me lavé la cara, los dientes, me maquillé levemente para que no se me note esa momia que hay en mí y salí de la habitación sin antes ordenar mi cama.

A Sebastian no lo había visto desde anoche y me parecía raro ya que él dormía con nosotras. Por suerte me lo crucé yendo a la primera clase.

Como siempre, como matemáticas se me hacia fácil, me era divertida la clase y quería aprender más y más, pero algo no me dejaba; Rubius.

— La puta madre. —dije en un tono bastante alto a lo que el profesor me sacó de la clase.— Son aún más impacientes que en Argentina los cirujas estos. —me quejé ya afuera de la clase, en los pasillos.

— ¿Que es ese vocabulario? —alguien me habló y se acercó. Pude distinguir que era la voz de Rubén.

— ¿Todo piola amigo? —dije él "amigo" como un "ameo" haciéndome la turra que obvio me salió perfecto porque lo villera nunca se me va.

Hice un saludo con las manos así bien pillox a lo que él rió.

— Te tengo que contar algo.

Dijo serio a lo que tomó mi muñeca y fuimos a un lugar bastante alejado.

Me soltó y desbloqueó su celular con su mano derecha. Luego de hacerlo me mostró la foto.

— Ah, si, ya la vi. —espeté como si no me importara. Y era verdad— Me chupa un huevo, sinceramente.

Me apoyé en la pared que estaba detrás nuestro mirando al mayor fulminante.

— ¿Como que no te importa?—me acorraló poniendo un brazo apoyado en la misma pared en la que apoyaba mi regazo y se acercó a mí.— ¿Esto tampoco te molesta?