No estaré a tus pies. [Itachi y tú].

Número desconocido.

Narra _________:

Volver a la escuela... es algo que simplemente... ¡me jode la vida!. Después de estar unos días enferma y tomar eso como una tonta excusa para faltar, tengo que volver. Jamás había odiado tanto la escuela como lo hago ahora, tal vez por que jamás me molestaban. Estoy llegando al instituto, nuevamente la gente comienza a hablar a mis espaldas.

Akami: Vaya, creí que te habías ido para siempre.—miró sus uñas.

_________: Akami.—sonreí.—no han pasado ni cinco minutos desde que llegué, por favor al menos espera a que se cumplan las dos horas.—borré mi sonrisa y caminé al aula.

Akami: Uy...—se burló.—tranquila, jamás dije que te haría algo.

_________: Si, como no.—dije con ironía.—déjame en paz, no estoy de humor.—hablé sin ánimos.

Akami: Eso no es asunto mío.

_________: No recuerdo haber dicho que lo fuera.

Entré al aula recibiendo las miradas de los pocos alumnos que habían llegado ya, al momento, Itsuki se abalanzó sobre mí, abrazándome con fuerza.

Itsuki: ¡_______-chan!.

_________: I-Itsuki...—hablé con dificultad.—e-estas...

Itsuki: ¡Oh, lo siento!.—me soltó.—¿ya estas mejor con tu resfriado?.

_________: Si, ya estoy mejor.

Itsuki: Me alegra oír eso, ________-chan.—sonrió.—te perdiste de algunas cosas mientras estuviste enferma.

_________: ¿Que?.—fruncí el ceño.—Itsuki, solo fueron tres miserables días.

Itsuki: Pero en esos tres días, pasaron demasiadas cosas. Como que Itachi no dejaba de preguntar por tí.—me miró pícara.

_________: ¿De que estás hablando?. No digas esas cosas.

Itsuki: Es la verdad.—se encogió de hombros.—de alguna manera, logras atraer a Itachi. Y Akami lo está notando.—susurró.

_________: Si, lo atraigo para sus estúpidas bromas.

Los Akatsuki llegaron, gritos, profesora, comienza la clase. Siempre la misma mierda. Durante la clase, podía sentir algunas miradas sobre mí, me incomodaban y mucho, pero trataba de actuar de una forma natural para poder enfocar toda mi atención a la clase. Mi pie comenzaba a moverse involuntariamente por los nervios, ¿no tienen algo mejor que hacer?.

–No entiendo por que sigue aqui.—susurró una chica.

–Yo tampoco, con todo lo que le han hecho, es para que no pise este lugar de nuevo.—contestó su amiga.

–¿Acaso está...?

_________: ¡Sigo aquí, por que a tí te importa una mierda lo que yo haga!.—le grité mientras la mirada con enojo.

Profesora: ¡Señorita Montenegro!.—llamó mi atención.—¿que está pasando?.

_________: ¡Lo que pasa es que son tan cobardes para decirme las cosas en la cara!.—las chicas me miraban con miedo.—¡además de zorras e inútiles!

Profesora: ¡Señorita Montenegro, no voy a tolerar ese comportamiento en mi clase!.

_________: ¡Me importa una mierda si lo tolera o no!.—la miré.—¡también estoy hasta el carajo de usted y todos los profesores!.

Profesora: ¡Es suficiente!.—se levantó molesta de su asiento.—¡vaya y dígale a la Directora que es lo que piensa!.—señaló la puerta.

Me levanté hecha una furia, tomé mis cosas, y caminé a la puerta. Salí a paso pesado del aula directo a la oficina de la Directora. Toqué la puerta un par de veces recibiendo un "adelante" de su parte.

Tsunade: ¿Que la trae por aquí, señorita Montenegro?.—habló mirando unos papeles.

_________: La profesora de literatura.

Tsunade: ¿Que fue lo que hiciste?.—me miró.

Le conté todo sin pena alguna, ella me dedicaba miradas de confusión y una que otra de molestia.

Tsunade: ¿Desde cuándo empezaste a meterte en problemas?.—tocó su frente con frustración.

_________: Desde que llegué a este lugar. Yo no debo estar aquí.

Tsunade: No puedo dejar pasar la gran falta de respeto que cometiste con la profesora de literatura.—comenzó a escribir en un papel.—te daré un citatorio para tus padres.

__________: Creo que eso no se va a poder.—dije como si nada.—mis padres están de viaje.

Tsunade: Bien.—tomó aire.—no te irás de este instituto, sin que algún adulto responsable, hable personalmente conmigo sobre tu comportamiento el día de hoy.

__________: ¿Que?.—fruncí el ceño.—no tengo a nadie a cargo de mí. ¿Como quiere que alguien hablé con usted?.

Tsunade: Eso es problema tuyo.—llevó su vista a los papeles.—encuentra una solución.—se levantó de su asiento.—enseguida vuelvo.

Dicho eso, salió de la oficina dejándome sola.

__________: Oh, mierda... ¿que voy a hacer ahora?.

Tomé mi teléfono y comencé a buscar entre mis contactos a alguien que pudiese ayudarme.

__________: ¡Yuna-chan!.—marqué su número.—por favor, contesta, contesta...

Yuna: ¿Hola?.

__________: Hola, Yuna-chan...

Yuna: ¡Oh, _______, que alegría hablar contigo!.

__________: Si, lo mismo digo.

Yuna: ¿Necesitabas algo?.

__________: Ah, bueno...

Yuna: Oh, espera un momento, cariño, debo atender a los clientes.

Mierda...

__________: No hay problema, Yuna-chan, solo quería saludar, veo que estás ocupada.

Yuna: ¿Estas segura?.

__________: Si, no te preocupes, gracias. Nos vemos.

¿Por que tenía que estar tan ocupada ahora?. Colgué y tomé aire algo frustrada. ¿Por que el mundo siempre está en mi contra?. ¿Ni una jodida vez puede estar de mi lado?.

Tsunade: ¿Has encontrado a alguien?.—habló entrando a la oficina.

__________: No, aún no.

Tsunade: Bueno, aún tienes mucho tiempo.

Las horas pasaron, cada vez me sentía más frustrada, pronto darán el timbre de salida y no podré irme de éste infierno por que no tengo a nadie a cargo de mí. Miré a la Directora Tsunade, quien firmaba papeles con toda la tranquilidad del universo, en ese momento, recibí un mensaje, miré la bandeja de entrada;  número desconocido.

–¿Sigues en Dirección?.

__________: ¿Quién eres y como obtuviste mi número?.—escribí con rapidez.

–Si no respondes primero a mi pregunta,no responderé a la tuya.

__________: Si, sigo en Dirección, ahora, responde.

–Bien, soy Itachi, te ayudaré con la estupidez que cometiste.

Miré la pantalla del teléfono algo confundida... ¿que quiere decir con eso?. ¿Encerio va a ayudarme?.

__________: ¿Que dices?.

–Tan sólo espera unos minutos más.