Capítulo 8

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•|Narra ______|•

A la mañana siguiente me desperté sin mucho ánimo, tomé una ducha y luego de hacer mi rutina de todas las mañanas salí hacia mi consultorio. 
En el auto, mientras escuchaba la radio, sonó mi celular. No pude contestar ya que estaba manejando, o sea, sabía que era medio inútil, pero no para tanto.

Cuando llegué a la clínica vi a varias personas que trabajaban conmigo, saludé con todos y entré a mi consultorio para encontrar a Elizabeth junto con Heechul sentados en el suelo abrazados.

-¿Qué demonios hacen ahí?- pregunté mientras ellos me hacian señas para que me callara.

-Está aquí...- logró decir Heechul con un hilo de voz para luego escucharse un puertazo.

-¿¡CÓMO QUÉ NO ESTÁ!? ¿¡EH!? ¿¡A CASO NO HAS VISTO QUIÉN SOY!? ¡SOY SU TÍA! ¡ASÍ QUE VE A BUSCARLA EN DONDE DEMONIOS SE HAYA METIDO Y TRÁELA AQUÍ!- miré de reojo a la señora que gritaba y rogué a Dios que no me viera, pero como él suele oirme, mi tía se dió la vuelta y me miró histérica.

-Tía Pamela... ¿Cómo es que estás por aquí?- ella se me acerco, estaba más que segura que me daría una tremenda hablada por no haberla visto, pero lo único que hizo fue abrazarme y ¿llorar?.- ¿Tía estás bien?

-¡Tu tío es un desgraciado! ¡Me volvió a votar aquí!- Viré los ojos y le di palmaditas en su espalda. Elizabeth, mi asistente, junto con Heechul, mi secretario, se comenzaron a ir lentamente mientras me sonreían y corrían antes de que mi tía los viera, no sé porque pero estaban traumados con ella.

-Ya tía, todo va a estar bien. Ahora deberías ir donde mi papá, él seguro te atenderá mejor.- traté de sacar mi celular para enviarle un mensaje a mi padre.

-¡No! ¡Me quedaré aquí!- se separó bruscamente de mi y buscó a alguien con la mirada.- ¿Dónde está ese secretario tuyo, eh? Ese tal Hechacul.

-Es Heechul, ¿y para qué lo buscas?- tomé bien mi celular en las manos y le escribí a mi padre para que se llevara a la loca de mi tía. O sea, si yo era loca ella era mucho peor.

-Es que quiero a alguien para olvidarme de tu tío.- comenzó a llorar de nuevo. Así que le di un vaso de agua y esperé a que mi padre llegara.

El "Metído" que me enamoróDonde viven las historias. Descúbrelo ahora