Viernes. 19:30. Mostrador principal de Starbucks. Brooklyn.
Decir que ha sido un mal día es quedarse corto. Pésimo quizá se acerque mas... o horrible, o pesadilla. Seguramente dentro de diez años un día como este me parecerá una tontería, pero a día de hoy se siente como si alguien me hubiese pisoteado hasta hundirme en el suelo.
Inconscientemente, mis pasos me han conducido hasta aquí. La cafetería esta mas tranquila a estas horas, cuando todo el mundo está ya en casa preparándose para cenar y los negocios han cerrado ya. Excepto restaurantes y cafeterías, por supuesto.
Me dejo caer en uno de los sofás que rodean las mesas, casi al fondo, pegando la frente a la ventana mientras veo como los últimos rezagados vuelven a sus casas conforme cae la tarde.
Un vaso se posa sobre la mesa y giro la cabeza ante el ruido, observando el vaso y seguidamente la mano que la sujeta, elevando la mirada por el brazo hasta dar con esos ojos azules que quitarían la respiración a cualquiera. -Un latte con canela...hoy invita la casa. - no puedo resistirlo. Las nubes se van y la sonrisa vuelve a mis labios. - Gracias. - Le doy un sorbo, sonriendo ante lo perfectamente que sienta contra el frío que siento hoy.
Le hago un gesto con la cabeza para que tome asiento frente a mi, pero niega con la cabeza en respuesta. -Lo siento... todavía queda mucho que hacer ahí atrás.
Asiento, comprendiéndolo. Al fin y al cabo, está trabajando. -¿Puedo hacerte una pregunta? - Suelta una leve carcajada, metiéndose las manos en los bolsillos y mirándome con una sonrisa aún mas amplia de la habitual. - ¿Para qué te molestas en preguntar? Ya sabes que puedes. -Pongo una mueca, encogiéndome de hombros. - Soy un chico de costumbres. - Doy un sorbo a mi café, sonrojándome antes de que mis palabras escapen de mis labios. -¿Eres gay?
La carcajada vuelve al tiempo que se encoge de hombros, sacando las manos de sus bolsillos y sin que lo vea venir ambas van a parar a mis mejillas al tiempo que sus labios rozan los míos apenas un segundo. -¿Te vale como respuesta? - Jadeo, sus labios todavía a milímetros de los míos. Voy a acercarme de nuevo en busca de mas contacto pero él ya se ha alejado, metiéndose tras el mostrador, girándose un segundo para señalar mi vaso de café.
Confuso, bajo la mirada a mi latte mediano de siempre, girándolo entre mis dedos hasta ver una frase con su letra. 'Por malo que haya sido el día, siempre puedes encontrar algo por lo que sonreir.' Sonrío y llevo mis dedos hasta mi labio inferior, recordando la sensación hormigueante de hace unos segundos. -Y que lo digas, Alexander.
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Ten things about you - MALEC
FanfictionNo podía parar de mirarlo. Cada tarde, después de las clases, pasaba a por café y perdía las horas observándolo. Pero se acabó. Había llegado la hora de actuar. Serie de pequeños drabbles. MALEC.