"~Capítulo diecinueve~"

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- ¡¿QUÉ PITOS?! –grité al teléfono.

- Ven rápido, Isabella. Tú madre ya está en trabajo de parto. –habló la señora Cass desde el otro lado, alterada. La llamada finalizó.

Traté de marcar a Gemma, pero ella no respondió ninguna de las veces que lo hice.

Me alisté rápidamente y tomé un bolso que mamá había preparado con todas las cosas para Joshua. Me subí al bus y tuve que aguantar que me sacasen fotos. No es que me molesten mis fans, pero realmente es un momento importante para mí y ellos no se dan cuenta.

Bajé en el hospital y me despedí del conductor, al entrar, caminé hasta la recepcionista.

- Jessica LeBlanc. –hablé, algo agitada.

- Está en la sala de partos, señorita. Pero puede esperar en el pasillo de la habitación 158, dónde será trasladada luego de dar a la luz. -me comunicó luego de haber tecleado algunas cosas en la computadora. Le sonreí cómo agradecimiento.

**

Hubo un pequeño inconveniente.

Resulta que tuve una hermana y no un hermano. Pobre Bonnie, tendrá que utilizar ropa celeste durante la última semana.

- Déjame sostenerla. –habló Albert, extendiendo sus brazos hacia la bebé. Le dí la espalda, dirigiéndole una mirada mezquina.

- Es mi hermana. –miré a la bebé en mis brazos, parece que buscaba algo con su boca. De inmediato entendí que buscaba el pecho. – Mami, la niña tiene hambre. –se la extendí a mi madre, más sin embargo ella tomó un biberón tibio de su mesita de luz.

- He dado el pecho una vez contigo y prometí no volver a hacerlo si tenía otra hija. No lo haré. –habló, mientras colocaba el biberón en la boca de Bonnie. Mi hermana comenzó a succionar el líquido a una velocidad inhumana.


**

Bien, me arrepiento de haber querido una hermana. Bueno, no tanto pero... es que Bonnie es muy llorona. Es decir, tiene esos momentos dónde es el bebé más tierno y tranquilo de todo el universo, pero luego comienza a chillar y todo se arruina arruinadamente.

- Bonnie. –mecí a mi hermana en mis brazos, ella paró de llorar. Dirigió su dedo a su boca y comenzó a chupar éste, cerrando sus ojos y conciliando el sueño por fin.

- ¿Pudiste callarla? –habló mamá desde la cocina, se escuchaba cansada. Igualmente, no entiendo el porqué. Yo me ocupo más de Bonnie que ella.

- Se ha dormido. ¿Has terminado su biberón? –pregunté, caminando hacia la cocina. Pude notar que ella estaba sentada en la cocina, con su teléfono en manos.

- Oh, lo olvidé. –sonrió de manera inocente.

- Mamá, se supone que tú deberías ocuparte de Bonnie. –bufé, y ella me miró horrible.

- ¿¡TÚ NO ENTIENDES, CIERTO?! - ¿a qué se debe ese tono? Es decir, ha comenzado a gritar de la nada. – ¡NO ENTIENDES QUE TENERTE CÓMO HIJA YA ES LO SUFICIENTE DIFÍCIL CÓMO PARA TENER QUE CRIAR OTRO BEBÉ! –gritó de nuevo, provocando que Bonnie comenzara a llorar otra vez. – Realmente esta niña es un accidente. –señaló a la bebé que lloraba sin control en mis brazos. – Es estresante tener una hija, una hija que es básicamente una de las más famosas artistas en todo el mundo... -suspiró. – Cómo para estar criando a un parásito. –se dio media vuelta tomándose el puente de la nariz.

Contuve la respiración y las lágrimas. ¿Enserio mi madre estaba hablando así de su propia hija? De aquella criatura que estuvo en su vientre por nueve malditos meses?

Caminé hasta la cocina con Bonnie en mis brazos, la bebé había parado de llorar pero ahora sollozaba. Preparé su biberón sin siquiera dirigir mi mirada hacia mi madre, quién estaba muy concentrada en sus jugueteos con Albert. Él tampoco parecía estar muy pendiente de la pequeña hija que había dado a luz su prometida. Y tan sólo, tenía una semana.

**

Jugueteé con el pequeño dedo de Bonnie mientras ella me miraba atentamente. La tenía a mi lado en la cama.

Mi teléfono sonó y dí unas palmadas a Bonnie mientras contestaba.

- Bonita, ¿quieres venir a la casa o-...? –lo corté.

- Hirito, ¿puedes venir tú? –sorbí mocos por la nariz.

- Claro bonita, ¿qué sucedió? –preguntó. Negué con la cabeza pero luego recordé que él no puede verme.

- ¿Puedes sólo venir? – volví a preguntar, sintiendo a mi hermana removerse a mi lado.

- Claro bonita, ya estoy yendo. –escuché cómo cerraba una puerta.

Minutos después, mi lindo novio apareció en mi puerta. Con cuidado coloqué almohadas alrededor de Bonnie y lo abracé, unas pocas lágrimas resbalaron de mis ojos. Me dolía que mi madre tratara de "parásito" y "accidente" a Bonnie.

Le conté todo a Hiro y el reaccionó igual que yo, sin las lágrimas.

- Es mi suegra y tu madre pero... -me tomó de las manos, mirando a la bebé en mi cama que dormía chupando su dedo. –Es una desgraciada.

Asentí, pasando el dorso de mi mano por mis ojos y sonriendo a mi novio.

- Ven aquí. –me abrazó y yo me acurruqué en su pecho. – Sé que serás una genial hermana mayor y madre sustituta. –me besó la cabeza al mismo tiempo que unas risitas escapaban de mis labios. Hiro sacaba lo mejor de mí en cualquier momento. Bueno o malo.

La bebé comenzó a llorar y le dí una palmada para luego colocar un chupón en su boca, Bonnie volvió a tranquilizarse, mirando con tierna curiosidad todo alrededor.

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It's you [Hiro Hamada x OC] [Terminada]Where stories live. Discover now