6

616 86 5
                                    

"... si yo muero?"

"Coronel Krul" Dijo una chica con una reverencia la cual cargaba una botella con un líquido rojo.

"Gracias, proceda a evacuar" Informó tomando la botella con su mano, sabía que Mika tenia sed y podría aprovecharse de eso.

Sabía que algo le había pasado, su crecimiento era igual al de un simple humano, pero sus ojos y colmillos no, sonando unos posibles reflejos inhumanos. Pero lo quería mucho, era como su hijo, pensó que había muerto llorando por días y odiando a Guren y la mayoría de humanos. Sin embargo se ofreció para colaborar para La Paz qué hay hoy. Ganándose conflictos con paises vecinos los cuales estaban gobernados por los vampiros, cosa que fueron derrocados por el ejército Imperial. El cual participó, tenía tanta curiosidad y temor por saber que le pasó. ¿Por que desapareció?¿Por que volvió? ¿Que ocurrió?

Con esas preguntas en mente miro Ferid para tener un apoyo mientras se escuchaban sirenas de coches de policía a la distancia.

Camino haciendo un ruido elegante por los tacos/botas negras que tenía por el uniforme. Acumulando presión en su espalda por ver cómo levemente Mikaela ponía recta su espalda.

Se dio cuenta que estaba sufriendo con cada jadeo seco y agónico que se le escapaos por esos carnosos labios.

"¡NO TE ACERQUES, NO LA NECESITO!" Grito para Krul la cual se quedo inmóvil por las palabras. Ferid empezaba a ocuparse de la policia que solo era para mantener a la gente alejada de la zona.

Por más que quisiera corromper cada parte de su cuerpo con su boca, algo le gritaba que era la cosa más sucia y bizarra por intentar corromper a un ángel.

No quería que nadie se acercara por miedo de perderlos como Yūchiro que pobablemente esté pasando por una tortura, ¿Que pasaría si tocara la trompeta...? Servirá de algo.

'Siempre, todos los días, se sorprendía de la pureza de ese chico.
Y de lo sucio que estaba, por lo que sea, debía proteger esa sonrisa.'

La sed trataba de nublar sus sentidos, y el olor a sangre lo estaba haciendo difícil. Krul puso la botella en el suelo, la hizo rodar a su ubicación, a ver si podía hacer algo con eso.

Esta situación era bastante estúpida, podía hacercarae y golpearlo. Pero la impresion y 'peso' que sentía cuando se acercaba no era normal, sentía fuego. Sus partes siendo quemadas por fuegos, sus pulmones prohibiendo el oxígeno, un mareo intenso, era preferible, no acercársele.

Unos
carros negros, de policías, brindados venían a la escena. Los autos del Ejército imperial.

El primero que se estacionó con una velocidad peligrosa fue el de Yūchiro que salió disparado a la escena esquivando a Ferid que trato de detenerlo pero informó a Krul.

Entro golpeando la puerta de vidrio viendo como Krul se interpuso en su camino, tapando el cuerpo de Mikaela.

"Detente, es peligroso" Intentó dialogar pero fue empujada y siguió corriendo hasta que vio una figura tan familiar.

Tan querida.

Pero era fuego.

Su piel le ardía pero no se detuvo, la euforia que sentia era insuperable. Sus lágrimas cayendo, sin parar, alzó sus brazos tirandose completamente encima de el.

Vio entre sus cabellos una persona corriendo hacia el, si era alguien asqueroso, ¿Por que se acercarían? No ven que no quería hacer nada. Sentía en todo su ser, el grito de un Serafín.

Levantó su mirada para ver quién se atrevería a acercársele y lo primero que vio fueron unos ojos amatistas verdes muy conocidos.

Sus ojos se abrieron como platos al ver esos cristalizados ojos verdes que tanto amaba.

'¡Estas sucio!'

'¡No puede tocarlo!'

Le decían, pero el peso que tenía en su espalda desapreció, junto a un luz blanca que el solo pudo ver. Su cuerpo, pegado al de el, era lo más reconfortante que tuvo expresar. Era como: "Estoy aquí, junto a ti".

"Mi-Mi-Mika" Tartamudeo el azabache deslizando más sus manos, encima de sus guantes, la piel del rubio.

Correspondió al abrazo, su cuerpo que parecía estar seco y vacío, se lleno.
El aroma de su sangre fue suficiente para calmar aquella sed tan infranqueable.
El tacto de su piel con el azabache, Dios, fue tan refrescaste para el.
Encendió ese apagado corazón encadenado.

Sin embargo, el peso del dolor de las heridas lo silencio metiéndolo en la oscuridad absoluta; Gritos de llamados a la ambulancia rogó por más felicidad que tuviera no podía parar esta desesperación.

"Ya no es necesario, Mika."

Esta historia va hacer corta, no espero más de 15 capítulos. Gracias por leer.

Trompeta [Mikayuu-Yuumika]~ OnSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora