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"¿Juntos?"

Era increíble lo que un simple sonido podía ocasionar en el corazón del rubio. Se dirigió a la puerta la cual estaba siendo abierta "Estoy en casa" Dijo Yuu calmado cerrando la puerta, vio atentamente las bolsas que cargaba y por la aparentemente por su aspecto supuso que era ropa.

Se alegró internamente por eso, la actual ropa que estaba usando le quedaba muy ajustada, tendría marcas en sus caderas.

Pero no lo importo, ya que eran de su Yuu.

"Bienvenido" Contesto conteniendo su felicidad, todo lo demostraba con actos, no con expresiones.

Se conectaron mediante miradas, sonrieron. Se le acercó al rubio y de la bolsa saco ropa y se la tiro encima. "Ve y cámbiate. Te quiero mostrar algo"

Asintió, se fue con la ropa entre sus manos. Si corazón latía con rapidez, era demasiado tierno, todos sus gestos, palabras o sonrojos lo volvían loco.

Si Yuu estaba sonrojado.

Y eso lo hacía feliz.

Muy feliz.

Entonces...

¿Por que lloraba?

Apenas entró al cuarto cayó de rodillas al suelo. Su pecho se oprimió y sus lágrimas cayeron.

Mentir dolía para los dos bandos, únicamente que solo uno lo sabía.
Suspiro cansado, saco la ropa de las bolsas y sin prestarle alguna atención sé vistió y salió como si nada.

"Malditas profecías" Susurro llegando a donde se ubicaba Yuu lo cual lo vio sonrojado intentando no mirarlo. "¿Ocurre algo Yuu-Chan?

"N-No, ¿Vamos?" Cundido lo siguió, subieron al auto y el azabache condució.

A medio camino el rubio burlón dijo "Que raro que no has chocado aún" Recibiendo unas maldiciones de Yuu.

Se rió y provocó un sonrojo me el menor. Que tierno, pensó Mika.

Poco a poco el viaje se volvía mucho más largo, la ciudad desaprecia y era cambiado por árboles. Este se durmió en el camino, unos metros más y Yuu se estacionó.

Salió del auto para dirigirse a la guantera, de reojo apreciaba la vegetación que los rodeaba, era un aire tan puro, no putrefacto como hace años.

No quería recordar más, saco la canasta y el mantel y se fue a levantar a Mika.

Este río y observo cada parte de el.

Las imperfecciones.
Eran perfectas.

Y entonces la llamada de rechazo del azabache llego captando la atención del rubio el cual escuchaba sorprendido sus palabras.

"Los odio a todos ustedes, Shinoa deja de insistir porque yo ya amo a alguien" Sonaba exasperado, el 'yo amo a alguien' le cayó encima peor que balde de agua fría.

No lo dejo pasar, se enfureció por esto y lo beso. No suave o romántico, lo besó como siempre quiso hacerlo; Apasionado, profundo y exigente.

Este le dio al bienvenida mientras era aprisionado contra el auto sin piedad. Entre beso y beso, llegaron las caricias, los gemidos que largaba el menor era un sonido tan quimérico que quería más y más.

Mordisqueo y lamió cada lugar de su cuerpo disfrutando de cada tacto, luego se fusionaron en un solo ser.

Dejando que ese picnic se despreciara pero los sentimientos sufrieran.

"Te amo Yuu-Chan" Soltó sin penas cubriendo al desnudo del azabache, este lo vio sonrojado.

"Yo también te amo, Mika" Respondió, luego de quejas en su trasero regresaron a casa donde otra vez el rubio se aprovechó del menor causando que enamorara una vez más.

"Por siempre"

Trompeta [Mikayuu-Yuumika]~ OnSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora