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"No tengo tanto frío"

Firmaba los papeles para retirarse del hospital, enserio odiaba estar allí. Su interior gritaba con cada cosa que veía,la cuidad construida, adultos con sus hijos, niños jugando, ¿Que rayos pasó luego de irse? Pareciera que floreció la vida cuando se fue. Vestía con ropa de Yūchiro, cosa que le iba un poco apretada y chica, este se disculpó pero se alegro de que estuviera allí.

Apenas se abrazaron Mikaela pidió irse, cosa que fue realmente fácil por el poder de influencia que tenía el azabache.

En el camino hacia el auto Yuu sintió un peso sobre su cuerpo mientras sentía respiraciones en su hombro, involuntariamente sonrío.
Busco su mano traviesa el contacto con la piel de Mika.
Tenía mucha vergüenza, su cara era una estufa con color tomate, su respiración rápida y frenética enviaba La Paz que tenía, en cambio, el rubio.
Ya no era tan fuerte el fuego que sentía al estar cerca de el.
Algo si sabía, era muy peligroso.
Mikaela era peligroso.
Su llegada encendía cada parte de su cuerpo exigiendo sometimiento.
Quería caricias, besos y mordidas. Así que...
Entrelazo su mano con timidez con la del rubio escuchando los revoloteos en su propio estómago. Todas las mariposas se desmayaron cuando el rubio apretó mucho más fuerte esta mano tímida que quería saludar.
Se giró sobre el hombro, deteniendo su paso, vio al rubio aún apoyado en su hombro. El agarre era demasiado para sus sentimientos, no se atrevía a dar un paso más.
Levantó sus párpados con ferocidad encontrándose con los entumecidos ojos de esmeralda de Yuu.
Lo primero que vio fue sus mejillas, eran terriblemente rojas.
Apretujo más su mano para seguir viendo esa expresión tan únicamente él.
Hermosa.
Demasiado tierna.
Tenía ganas de ensuciarlo, pero estaba limpio.
Era como niños, cuando vio aquella sonrisa estaba seguro que el único propósito que tenía era protegerla.
Se arrimó a darle un beso en el cachete y caminar al auto, supuso que era ese por ser policial. Obviamente Yuu estaba vestido con el uniforme, cosa que a Mika lo prendía intensamente.
"No lo hagas"
Gritaba alguien en su cabeza.
"Aún no..."

El viaje fue tranquilo, Yuu se lo quería llevar a su casa para darle algo de comer, bueno, no sabía si darle su sangre o un sándwich.
Luego le compraría ropa a sus espaldas hasta que pudiera ir el. Cada tanto, de reojo, miraba el abdomen marcado de Mikaela, era perfecto.
Sin embargo, recordó lo de Shinoa, no sabía que responder.
Y sabía que estaba obligado a hacerlo.
Pero su corazón estaba ocupado, estaba cuidadosamente en las manos de otra persona.
7 letras.
Nombre femenino.
Sexo masculino.
Pelo rubio.
Ojos azules.

...

Estaba en la cama del azabache, esperándolo. Admitía que si casa era acogedora y pulcra, lo que menos se pensaba de el.
En su cabeza imagino todo lo que pudo hacer en el tiempo perdido, y luego, pensó.
"Oh Dios."
Si aquel ser superior que lo modifico y cambio, ¿Qué pensará?
Ese maldito viejo viéndolo desde arriba, juzgándolo hasta lo más pequeño de su alma.
Pero no tenía miedo, si quería hacer algo ya lo habría hecho, era muy capaz.
¿Se vengaría?
El no lo sabía.
Pero no le importo, estaba de vuelta, junto a la persona que amaba.
Y sonreía sin importar que su tiempo de vida se acababa.

Su corazón latió como tambor cuando escucho la puerta abrirse.

"Tú me calientas"

Trompeta [Mikayuu-Yuumika]~ OnSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora