Capítulo XIX

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Nos quedamos dormidos hasta las 3 de la tarde, en cuanto me pare me metí a bañar, el igual, comimos y creo que ya es hora de irme pero el se irá conmigo de regreso a casa, no planeo dejarlo aquí.

-De verdad muchas gracias por el día de ayer, estuvo genial

-Por nada, sabes eso me sirvió para recapacitar y creo que es hora de volver a casa, ya estuve un año viviendo aquí y tú desperdiciaste un año buscándome

En ese momento no dije, nada, no esperaba que el quisiera volver a casa después de lo que pasó pero se ve muy convencido de querer regresar, luego de un rato termino su maleta hizo un portal de regreso a su antigua casa con sus padres adoptivos y yo me fui directo a casa. Pero no a dormir sino a llamar a Dylan

*Llamada*

-¿Hola?

-Giselle ¿como estas?, ¿donde estas?, ¿ya estas en casa?

-Jajaja tranquilo si ya estoy en casa per...

*Fin de la llamada*

Este hombre me colgó ó quizá se corto la llamada no lo se, fui a la cocina por un basó de agua y luego me senté en el sofá. -Se escucho un ruido extraño y luego sentí una mano justo en mi hombro derecho- por un momento sentí que me faltaba el aire, tomé la mano, la jale hacia el frente y el cuerpo bolo hacia enfrente.

-Me levante de un salto y puesto a que el cuerpo callo boca abajo lo gire, pero cuando lo hice note que era Dylan-. No se porque me asuste eso no es muy común en mi, es muy rara la vez que algo me llega a asustar, lo ayude a ponerse de pie se sentó en el suelo y solo comenzó a reírse

- Lo siento, es solo que me asustaste

- No te preocupes, estoy bien

-Siguió riendo, yo me senté junto a él, me abrazo pero mientras me abrazaba nos recostamos-. Estuvimos hablando durante un largo rato, le conté todo lo que pase hasta llegar a ese instante, el no decía nada solo pasaba sus dedos por mi cabello ó mis mejillas.
Se levantó y dijo que tenía que irse pero como siempre no dijo a donde, con sus alas me acercó a el, puso sus manos en mis mejillas y me beso tan dulce y lento como siempre.

-Prometo volver más tarde Gis

-Si, sabes he estado pensando y más tarde quiero hablar contigo

-Esta bien chica del cabello morado y ojos que hipnotizan

Sin dejarme responder se fue y me quede parada enmendó de mi sala pensando en lo que acababa de decir -Nadie nunca me había llamado así, quizá el piense que quiera contarle más sobre mi viaje pero no es así, necesito decirle que es lo que pasará entre el y yo-.

El día de hoy solo estaré en casa, supongo que Andrés tiene muchas cosas que hacer así que por hoy no lo llamare, solo estaré recostada y no haré nada.

*Sabes mujer, disfruta de tu tranquilidad por ahora porque lo peor esta por venir y querrás volver a estar en casa con tus amigos y tú amor Dylan, disfruta de vivir*

Cuándo la voz se fue, comenzó a faltar me el aire como si el oxígeno de la tierra se estuviera acabando, cuando ya estaba tirada y apunto de desmayar me se abrió un portan frente a mi, de el salio un chico que jamás había visto y a juzgar por su apariencia se veía molesto...

Cuándo desperté pude notar que seguía en casa pero se escuchaba un ruido en la cocina, fui a ver y era mi madre -No lo entiendo cualquier madre hubiera ayudado a su hija al verla tirada a mitad se su sala-

-Hola mamá

-Por fin despertaste, ven hice la cena

-Desde la ultima vez que vi a mi madre la note algo rara y pensé que era mi imaginación, pero ahora veo que no-, me senté y mi plato ya estaba servido y luego ella se sentó. Frente a mi tenía un plato con spaghetti y una guarnición que la verdad no tenía la menor idea de lo que era pero olía demasiado bien.

Las dos comenzamos a comer, todo iba bien pero mi madre tenía la mirada fija en el plato y sonreía como si la comida le estuviera contando un chiste. Yo por mi parte casi no comí solo la miraba.

Hasta que me arte, me levante fui a dejar mi plato y cuando voltee la tire de la silla de una patada, ella cayó sin meter las manos y su cabeza chocó con el suelo -Me quede parada esperando respuesta de ella pero solo me miró con miedo-, yo esperaba que se defendiera ó algo parecido.

-Que te pasa, acaso estas loca, soy tu madre

-Yo... Es que... Pensé que... lo siento, no quise hacerlo

Me acerque para ayudarla a levantarse pero no dejo que la tocará, simplemente se levantó y se fue. -Pero que demonios acabo de hacer, golpee a mi madre solo porque actuó un poco extraño y la que en realidad siempre a actuado extraño con ella son yo-, no entiendo que es lo que me esta pasando, quizá me estoy volviendo loca.

*No te estas volviendo loca, tienes razón, hay algo malo en tu madre. Ella no es la misma desde hace unos años es solo que no te habías dado cuenta hasta ahora*

Por más que intento reconocer esa voz no se de quien es, y no se como es que sabe lo de mi madre, estoy segura de que esa voz es del chico que vi antes de desmayarme, por más que intento recordar su cara no puedo es demasiado borrosa. No necesito dormí pero si comer algo porque la comida que hizo mi madre no estaba para nada buena, era como si hubiese comprado la carne echada a perder.

Poniendo de lado esa parte, olvide decir que aquel gato que se había metido a mi casa lo adopte se llama Tomm y las veces que venía a dormí a casa se dormía conmigo en mi cuarto. Aunque tengo que decir que Dylan y el no se llevan muy bien, Tomm siempre quiere jugar con el o recostarse en sus alas y eso a Dylan no le agrada mucho, pero si es gracioso verlos pelear.

Por fin llego la noche así que fui a sentarme afuera de mi casa, me puse los audífonos y comencé a escuchar Human de Sevdaliza no se porque esa canción me relaja siempre que las voces están por explotar mi cabeza. Justo cuando terminó la canción llego Dylan, se sentó junto a mi y comenzó la pequeña charla.

-Y bien, ¿De que querías hablarme?

-No es nada solo que pues bueno...

-Ya se déjame adivinar... No quieres que siga besandote sin ser nada pero no quieres tener una relación por el momento ¿no?

-Deja de leer mi mente

-Yo no lo hago, tus pensamientos llegan solos a mi mente

Luego de discutir un largo rato fingí creerle pero estoy segura de que el sabe que no le creo, la charla duro tanto que la continuamos en mi habitación, puesto a que todo el suelo de mi habitación era de alfombra nos recostados ahí. La platica se convirtió en besos, caricias, sonrisas y miradas de larga duración.

 Because you and I, we were born to dieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora