FANFICTION - Diario de Sabah (La estrella de Haruna)

7

Recuerdo los ojos de la desconocida cuando entramos en la máquina. Su cabello corto, rubio, despeinado pero a la vez, arreglado de tal forma que mantenía cierta dignidad. Quiero decir que se veía bonita y su rostro cansado era la única luz en la muchedumbre dentro de la máquina. Ya me había pasado antes. Cruzaba miradas con la desconocida, a la distancia, nos comunicábamos sin palabras, unos pocos segundos. Tenía tantas ganas de decirle "hola" y conocer el timbre de su voz, pero nunca estuvo cerca de mí. Por eso, cuando entramos todos en la máquina y la vi, intuí que jamás volvería a estar cerca de ella. Por eso nos miramos a los ojos todo lo que pudimos. Y allí la máquina escogió, y yo me salve, y la vi a ella dentro de la reja y en ningún momento nos dejamos de mirar, con la lástima de los seres humanos desprotegidos que éramos. Nuestros ojos de animales perdidos en la noche. Pero sí sucedió el pequeño milagro cuando ella movió los labios diciendo "adiós", y yo dije, moviendo mis labios "adiós". Su voz era la promesa de miles de conversaciones que nunca tuvimos.

Y por eso cuando me pregunta qué se sintió haber estado dentro de la máquina, solo tengo una parte de la respuesta. La del hambre y el cansancio, pero no no la de ella, uno de los miles atravesados por las lanzas de metal en una muerte lenta, y solo ella le podría haber dicho lo que era llegar al límite del terror: estar verdaderamente dentro de la máquina. Yo sobreviví y solo puedo hablarle de la belleza dentro de la máquina. Es un cuadro lejano, visto en un museo viviente, el cuadro con su rostro en medio de la muchedumbre, con su cabello rubio peinado con la dignidad del que espera sobrevivir. Su delgado cuello, y sus huesos, tan parecidos a los míos. Tanto espíritu en tan poca carne.