Cap 15

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La casa de la antigua Martina ya no parecía la misma, estaba desordenada con un vacío enorme a pesar de que estaba atestada de cuadros con sus diseños más conocidos, tenía un ambiente frío y tenso, se respiraba un aire vacío y deprimente, en tanto ella, podría decir que su casa estaba en mejores condiciones que ella, estaba en su cama con un pañuelo húmedo en su frente mientras caían lágrimas hirvientes por su mejilla rojiza, ¡Mierda! ¿Por qué simplemente no podía estar bien? >>Simplemente porque eres tonta<< la voz de su conciencia le recordaba que era una mala suertuda en todos los aspectos, se sentó en la cama quitándose el pañuelo de la cabeza, pensaba que con eso se quitaría el dolor de cabeza y todos los malos sentimientos pero supo que no era verdad, ese dolor solo se alejaría si ella dejaría salir ese dolor que tanto la abrumaba, su corazón se aceleró volviendo el dolor que hace unos instantes se había calmado, se agarró la cara tratando que todo el dolor se fuera de una vez pero eso –literalmente– no estaba en sus manos.

Una de las tantas preguntas que se hacía  Martina ¿Por qué le importaba Jorge? No, no no no no no ¡No! Otra vez cayó en la trampa de su mente ¿Por qué Jorge tenía que ser la razón de que ella estaba así? Podía ser porque no tenía empleo y… ¡Vamos! ¿A quién quería engañar? Era obviamente por Jorge que estaba así.

- Es por Jorge que estoy así – susurró ahora en voz propia y no en su mente, se asustó al analizar cada palabra que salió de ella. No lo podía creer ¿Estaba diciendo que por ese empedernido hombre amargado ella estaba que se tiraba de un segundo piso? >>Exactamente eso es<< su conciencia la estaba enloqueciendo más que ayudando. No podía pensar claramente, estaba deprimida ¿Cómo puede una mujer pensar claramente estando deprimida? Se decidió escuchar música en su teléfono, por inercia colocó la lista ‘Slow Songs’ Su corazón se redujo al escuchar la primera canción que sonó ‘Big girls don’t cry’ Una lágrima salió y luego otra y luego otra y luego muchísimas más. Ahora empezaba la etapa de la rabia en donde ella golpeaba con todas sus fuerzas la cama hasta que sus brazos se cansaran y tomaran fuerzas de nuevo y volviera a golpear la cama con todas sus fuerzas, cansada de tanto dolor y agonía dejo que su corazón se desahogara, recordando todo con tanto dolor así de una vez por todas se quitaba ese peso de soledad de su espalda.

Se recostó en su cama un momento en el que su bipolar estado de ánimo cambiaba de ‘María Magdalena’ a ’Ya nada me importa' Pero fue interrumpido por alguien en la puerta, Martina soltó un chillido por la presencia de esa persona, miro esos ojos color miel tan profundamente que se perdió en ellos, él se acercaba y se sentó en la cama junto con ella, la tomo de las manos y acarició su rostro completamente con su dedo índice y la admiro profundamente, él se acercó lentamente a ella y tocó sus labios en un ligero roce, tembló por la emoción que sintió cuando unas cosquillas se alojaban en su estómago, a punto de besarlo, sintió el sonido del timbre retumbar en toda la casa y todo su sueño se volvió mierda.

Se levanto de su cama a duras penas, tratando de desentenderse del sueño que acababa de tener, bajo las escaleras y se acercó perezosamente a las escaleras aún con los ojos aguados deseando esperanzada con todas sus fuerzas que fuera el imbécil y tarado de Jorge. Abrió la puerta y se encontró a Caitlin mirándola con una mueca, Martina se abalanzó sobre ella en un abrazo efusivo, la extrañaba como amiga como hermana la extrañaba, desde que Jorge compro la tienda se había alejado de ella por diferentes problemas que ahora no venían al caso, pero ahora estaba abrazándola casi hasta sacarle el aire mostrándole cuanto la necesitaba y Caitlin la recibía de tal manera que hacía a Martina llorar sin alguna explicación.

- Pensé que estarías mal pero no sabía que tanto – dijo Caitlin viéndola demacrada y con la típica pijama que se ponía cuando se deprimía, una pantalón largo de algodón con unos ositos, ella suspiró y se sentó en el mueble con las rodillas arriba mirando al piso, ahí supo Caitlin que en verdad estaba mal, Martina solía negar que estaba mal por un chico y decía que pronto lo ‘superaría’ pero esta vez no se inmuto, no negó ni afirmo nada. Cait al ver a Martina tan desolada supo que el culpable era Jorge.

- Todo va a estar bien – soltó Caitlin abrazándola mientras Martina lloraba desahogándose – Aún no puedo creer que todo esto sea por Jorge – dijo luego de unos segundos. Martina le había contado todo de pies a cabeza y la mirada que le daba Caitlin no era muy agradable.

- ¿Qué piensas? – preguntó Martina con su voz rasposa y áspera. A continuación lo que escuchó fue como un balde de agua fría sobre ella.

- Estas enamorada Martina. Estas enamorada de Jorge .

¿El orgullo o el Amor? (JorTini)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora