Capítulo 2 🌟

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Dormido... Era lo único que podía pensar, yo y mis tonterías, aunque es mejor estar así... Sin tener que ver a Trollino... Siendo feliz con aquel perro... Pero si lo amo mucho, entonces tengo que ser feliz por qué el ya es feliz con alguien y no soy yo...

–Tenemos que dejarlo descansar... Al menos para que se pueda recuperar... No queremos que empeore– Mencionó la pelirosa para dejar a un rubio y un peliazul inconsciente solos.

–Timba... Pobre de ti, me preguntó por qué siempre finges que todo está bien, cuando no es así, de todas formas Trollino es mío... Y espero que eso quede en claro contigo– Simples palabras para poder dañar a un peliazul que estaba consiente de escuchar, su corazón solamente podría salir en esos momentos y romperse en pedazos...

Solamente quedaba esperar a que un peliazul recobrará su estado de salud...

–¿Timba como se a portado contigo, Exi?– Preguntó el pelinegro mientras jugaba con un oso de peluche-

–Pues a veces es... Algo extraño... Pero luego es amable, como si quisiera ocultar algo...– Respondió el menor para agarrar una taza y dársela al pelinegro, estaban jugando a la fiesta del té. (Los juegos o juguetes no definen el género eh pelotudos)

–¿Ocultar algo? ¿A qué te refieres con eso?– Preguntó el pelinegro para recibir esa pequeña taza de plástico con te invisible y dársela al oso de peluche.

–No puedo decirte Trolli, le prometí a Timba que solo quedaría entre nosotros eso... Lo lamento mucho– Respondió el menor con un poco de culpa al saber que ocultaba los sentimientos del peliazul hacia el pelinegro.

–No te preocupes, lo entiendo, aparte tal vez luego el me diga... Aunque necesito ganarme más su confianza...– El pelinegro después de haber dicho aquellas palabras se dispuso a pensar en alguna solución para poder ganar la confianza de un peliazul.

–Por que no tratas de darle cosas que a él le gusten, yo te puedo ayudar, y créeme que el se sentirá mejor si vienen de parte tuya– Menciono el castaño con una sonrisa para agarrar un cuaderno y un lápiz para comenzar a escribir algunas cosas que le gustan al peliazul.

El peliazul solo repetía en su mente el ¿Por qué Mike me odia tanto? Trollino no es un objeto para que alguien lo ande reclamando como suyo, no quería pelear por el amor del príncipe ya que no tenía ninguna oportunidad con el

–No entiendo el por qué... Mike es mucho mejor que yo, tiene lindos ojos, una perfecta sonrisa, todos lo aman por ser un perro, y yo que tengo... Nada... Absolutamente nada...– Repetía eso en su mente el peliazul mientras seguía en su mundo de fantasias, un mundo en donde el y el pelinegro eran felices, claramente solo era una simple ilusión y un sueño que de la noche a la mañana desaparecería de su memoria, pero aquellos sueños hermosos del peliazul eran difíciles de olvidar de su mente y más si eran sueños con aquel príncipe.

Por más que trataba de despertar no podía... Es como si alguien me estuviera forzando a estar inconsciente durante toda mi vida... Y no me quedaría dudas de que es mi padre... El rey sombra...

–Toda esta lista que te doy son de cosas que le gustan a Timba, al menos son las más escenciales– El menor le dedicó una sonrisa al pelinegro para entregarle una lista de cosas que le gustaban a cierto peliazul.

–Gracias Exi, te debo una– El pelinegro agarro la lista y fue a buscar las cosas para el peliazul con una sonrisa, pero él no contaría con la extraña coincidencia de encontrarse con el rubio.

–¡¡Trolli!! Mi dulce príncipe, te extrañe demasiado, te estuve buscando y no te encontré...– Menciono un rubio en tono meloso para abrazar al pelinegro y darle un beso en la mejilla, estaba bastante enamorado del príncipe.

–Hola Mike, perdona pero tengo prisa, voy a buscar una manera de que Timba pueda tener mas confianza en mi, hasta luego! – Aquellas palabras que dijo el pelinegro hicieron sentir bastante furioso al rubio, y también de que el príncipe se había zafado de su abrazo y se fue corriendo con una lista en sus manos.

–Timba... Siempre Timba... Al parecer estás bastante enamorado de el Trolli... Pero descuida, nadie se interpondrá en lo nuestro nunca más... Mucho menos aquel chico de cabello azul...– Dijo entre susurros el rubio para gruñir y sacar sus garras con un gesto enojado lleno de rabia, celos y rencor.

–Es tan raro... Mike se a vuelto más... Cariñoso conmigo, más de lo normal... ¿Acaso está en su etapa de celos? Solo por que quiera pasar un poco de tiempo con Timba... Aquel chico que me hace sentir un cosquilleo en el estómago, como si de mariposas se tratasen -Se preguntaba a si mismo el pelinegro con un leve sonrojo en sus mejillas, así que se dedicó a buscar los objetos para su peliazul favorito, y lo primero que sería en la lista serían flores.

Flores... Ese olor tan extravagante que tienen... Su forma moverse cuando el viento las mueve, sus colores tan llamativos de fríos a cálidos, las amaba demasiado, también por qué le recordaban a su madre...

–Flores... Hace tiempo que ni siquiera yo eh ido a visitarlas, tal vez por qué en la mayoría del tiempo me la pasó cuidando a Exidax, o ayudando a Tina en algunas cosas, y tal vez evitando al rubio, que solo piensa en matarme...– En su mente divagaban bastantes pensamientos, pero su mayor sueño sería que el pelinegro al cual ama con toda su existencia le regalará flores, en especial si fueran orquídeas.

Pero aún así eso no quitaría de sus mayores miedos al rubio... Aquel perro que siempre lo mataba con la mirada, deseándole el mayor mal posible a cualquiera que se atreviera a tocar a Trollino

–Muy pronto Timba... Tus sueños y esperanzas serán borrados, Trollino es solo mío... Y yo evitaré que el se enamore más de ti... -Se dijo a si mismo el rubio mientras afilaba sus agarras y rasgaba una foto de Timba con una sonrisa sádica llena de venganza.

Mi Chico De Cabello Azul (Trollimba)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora