CAPÍTULO 4
No me lo podía creer, conocer al chico en el que no dejaba de pensar era lo mejor de ese día. Llegamos a la biblioteca después de un rato y la puerta estaba cerrada, lo cual no era raro, pero mi corazón comenzaba a palpitar rápidamente y vacilaba al tocar la manija de la puerta. Shaley notó que estaba nerviosa y se decidió abrir ella misma la puerta.
-No te preocupes, que no muerde.- dijo riendo.
Al abrir la puerta, me sorprendió ver un cuarto gigante lleno de libros de todo tipo, pues nunca había visto algo así. En los colegios públicos, no hay bibliotecas y como yo siempre he estado en ellas, todo era nuevo para mí. Shay me hizo una seña de seguirla y eso hice, me llevo a otro cuarto que estaba al final de la biblioteca, parecía una sala de espera y ahí estaba el, Michael. Mi corazón no dejaba de palpitar rápidamente cuando lo miré sorprendidamente, como si no supiera que estaba ahí. Me miró e hizo una cara de sorpresa y me dijo:
-Hola Shaley, ¿esta es tu nueva amiga?
-Sí, es Hiyomi, he escuchado que ya se conocieron.- Cuando estábamos de camino a la biblioteca, Shay me dijo que me iba a llamar así de cariño.
-Sí, solo que no sabía su nombre.- dijo sonriendo.
-Perdón por golpearte en el pasillo Michael.- dije un poco sonrojada.
-No hay de qué preocuparte, es normal chocar con alguien.
-Hermano, Hiyomi quiere saber sobre el colegio, los dejo.
-Espera, ¿Hermano?- pregunté algo sorprendida.
-Sí, Shaley es mi hermana, siempre me dice que no debo saltarme las clases, pero aveces necesito mi propio espacio, ¿entiendes?
-Sí, sería genial poder hacer eso.
Comenzé a observar los libros que estaban en la mesa y todos eran de detectives.
-¿Te interesan los libros de detectives?- preguntó inesperadamente.
-Mi padre fue detective, de hecho falleció en una misión; uno de sus “compañeros” lo llevó a una fábrica de drogas y lo traicionó matándolo de un tiro.- Fue inevitable dejar caer unas cuantas lágrimas; de nuevo el sentimiento de la soledad.
Michael me secó las lágrimas- Debe ser dificil perder a alguien cercano, pero no estás sola, has hecho nuevos amigos, yo y Shaley, nosotros te cuidaremos, no te preocupes.
-Gracias, seguro que nos llevaremos bien.
En ese momento se me vino a la cabeza lo que planeaba, hacerme la amiga de Shay y llevarla a que me diga todo, pero si lo pensaba bien, el mayordomo me dijo que lo tendría que averiguar por mi misma. Tal vez tenga que ver con la muerte de mi padre.
-Te presentaré a un amigo, está en el fondo de la habitación, pero seguro que estará dispuesto a conocer a alguien como tú.
Me agarró de la mano y me llevó a donde se encontraba alguien, alguien que por alguna extraña razón se me hacía conocido. No daba la cara, solo hablaba en la sombra que venía de no se donde y apenas alcanzaba a ver su rostro.
-Soy….- estaba nerviosa por no ver su rostro y las palabras no me salían.
-Hiyori, Hiyori Vargas.- me salvó de un gran error y se lo agradecí con una seña.
-Ah, te estaba esperando Hiyori, seguro que es algo intimidante que me quede en la sombra, perdona.- se acerca a mi, agarra mi mano cuidadosamente, como si fuera una muñeca de porcelana, la lleva a sus labios y la besa.- Me llamo Danny, Danny Andreson.
-Mucho gusto Danny.
Era un chico también guapo pero al parecer se había tiñado el cabello rubio y tienía ojos cafés como los míos, de hecho parecía mi hermano gemelo, pero sin el cebello castaño obscuro. Me parecía sospechar de que ese chico era el que me pagó el colegio por intuición heredado de mi padre o algo así, pero era imposible para un chico tan joven que pagara lo mío. No me esperaba conocer a un chico parecido a mi, de hecho el beso fue demaciado, me sonrojé en ese momento aunque esperaba que no se notara.
-La hora del almuerzo está por terminar, será mejor que te dirijas al salón. Buena suerte.
Y con eso me dirigí al salón, pensando en todo lo que debía averiguar.
