Huir o morir

Capitulo 2 - La pesadilla

"Vi a lo lejos una niña que se acercaba, por alguna razón me sentí como si estuviera en casa. Feliz."

-¡Cariño! –Grité con mucha fuerza – aquí estoy no te preocupes todo saldrá bien.

- Papá... - me dijo la niña con una voz fría y sin ninguna expresión-.

"Ella al parecer era mi hija tenia lo mínimo unos siete años."

-¿Por qué te fuiste y me dejaste sola?

-No cariño, aquí estoy... contigo... -Lo dije preocupado-.

"Porque me dice eso, soy su padre verdad... ¿verdad?..."

-Hija, no digas eso estamos juntos –lo dije para tratar de convencerla- Soy tu padre ven abrázame.

-¡No!... ¡Tú no eres mi padre! ¡Tú te fuiste y me dejaste sola! – Lo dijo mientras le brotaban lágrimas de sus pequeños ojos – Te fuiste como mamá... y ahora me dejas como ella...

-Eso nunca ocurrió, ¿Por qué dices eso hija?, ella no...

-¡No me llames así! – Lo dijo interrumpiéndome – Ya no me llames así... tú ya no eres mi padre...

"No entiendo que está pasando, ¿por qué ella me está diciendo esas cosas?..."

De repente mientras la niña empezaba a llorar unas manos gigantes aparecieron de la nada, los cuales con mucha brusquedad me agarraron los brazos y me arrastraban lejos de la niña.

-¡No! ¡Suéltenme! – Grité a toda garganta, pero era en vano – ¡Hija!, ¡Déjenme estar un poco más con ella, por favor!

Otras manos aparecían cerca de ella y se acercaban lentamente por su espalda.

-¡No, hija corre! – Lo dije desesperado con el instinto de que tenía que protegerla – ¡No la lastimen!

-¡Papá!...

"Después el silencio domino mis oídos...no se escuchaba nada, solo mi agitada respiración y aunque tratara de hablar, no conseguía nada, mi voz permaneció callada como la de un niño asustado por la oscuridad... Yo... asustado por lo desconocido... asustado por morir...".

...Desperté...

Sentí como una gota de agua recorría mi frente lo que me hizo abrir los ojos, miré al techo y otra gota rozaron mis labios, se trataban de grietas en el cual permitía que el agua se filtrase y que cayeran encima de mi. Después de haber tomado un poco de agua,  mi mirada nuevamente se concentra en el ser extraño que rondaba al otro lado de las rejas. Estaba caminando como siempre, observándonos como siempre pero estaba un poco alejado que, por desgracia, solo podía ver su silueta moviéndose a paso lento.

Decidí hacer algunas pruebas con él, aunque claro, estaba poniendo mi vida en riesgo pero haría lo que sea para salir de aquí. Así que empecé intentando hacer un movimiento muy lento y por suerte el monstruo no respondió, aumenté un poco la velocidad y el solo se detuvo, mi corazón dejó de latir con miedo a que él se fije otra vez en mi, pero después de unos breves segundos continuó su recorrido como si nada hubiese sucedido. Di un silencioso suspiro y asenté la cabeza en la pared que se encontraba detrás de mí.

Otras dos gotas seguidas cayeron de nuevo en mis labios e hizo que calmara mínimamente mi sed.

"Al menos tengo algo de agua-Pensé con una sonrisa en mi rostro- No es suficiente aunque si puede calmar mi sed, pero... ¿Cómo puedo calmar mi hambre?... ¡Demonios! No tengo tanto tiempo...Quizá pueda sobrevivir algunos días antes de que el hambre me venza."

La ventana que se encontraba enfrente de mi celda, iluminaba más de lo habitual y me permitió ver, por fin, con detalle el cuerpo del monstruo.

Era de color gris pálido, tenía proporciones de hombre, en el pecho y en donde debería ir el rostro, habían dos grandes agujeros y dentro de ellos una gran oscuridad amenazante. Sus brazos tenían una musculatura fuerte y su piel, en algunos puntos, se ponía arrugada. Sus manos eran grandes y en sus dedos se notaban unas largas y amenazantes garras que traspasarían al metal más fuerte que podría existir. Se dio la vuelta. En su espalda se notaba su columna vertebral y un poco sus costillas. Se podía ver algunos minúsculos tentáculos que brotaban de su espalda. Se notaba que era alto y fuerte, si tuviera una batalla con el claramente él seria el vencedor.

Se escuchó un fuerte ruido que provenía de afuera de la habitación que estaba, por desgracia, fuera de nuestra vista. El ser se volteó dirigiendo el cuerpo al lugar de donde provenía el sonido y como un rayo, se dirigió hacia él. Las demás personas que estaban en el suelo se movían de forma rápida y con mucha desesperación, tratando de cambia de posición para acomodarse o tal vez solo para estirarse. El monstruo comenzó a regresar a paso lento y todos se volvieron a quedar quietos para que el no los viera moverse.

La luz de la ventana comenzaba a perderse, lo que daba a entender que la noche estaba llegando. Yo no tenia nada de sueño estuve sentado, observando y tratando de dar algo de sentido al sueño que tuve hace un momento, pero no encontraba alguna explicación lógica a la situación, la cabeza me comenzó a dar vueltas y la desesperación me estaba dominando a cada segundo que pasaba quedándome casi sin aliento al punto de desmayarme. Cerré con fuerza los ojos. Mi respiración se tranquilizo, como si fuera una costumbre, opte por la opción de mantener cerrados mis ojos y tratar de crear una realidad mejor, aunque sea solo en mi mente.

"Me encontraba feliz, sonriente, sin ninguna preocupación. Estaba caminando en un parque, vi a mi esposa con nuestra hija jugando a las atrapadas, el ambiente era tranquilo y pacífico. Comencé a caminar, los árboles que se encontraban en el parque se transformaban en nieve y caían al suelo, haciendo de este totalmente blanco. Del cielo caían copos de nieve, la sensación de vivir un invierno en familia se sentía realmente agradable y cuando volví a verlos, ellos estaban haciendo un muñeco con la nieve, no pude evitar contener las lagrimas de nostalgia, aunque todo solo fuera una imaginación."

Una brisa fría recorrió mi piel, haciendo que me despertara y que volviera de nuevo a la vida real. Como si volviera de un sueño eterno lo vi y no lo podía entender.

"-Espera... ¿Qué demonios?..."