Capítulo 43

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Pov.Anastasia:
Al fin llegó Christian aunque no con las manos vacías. En su mano traía una bolsa que más tarde descubrí que contenía una caja de mis bombones favoritos, un nuevo libro y mi Ipod con los auriculares. No voy a negar que el detalle viniendo de él me a sorprendido mucho pero aún así no dije nada aparte de un "Gracias". No me apetecía empezar una discusión o cualquier conversación que no sea sobre lo que paso.
-Christian-le llamé para captar su atención y que dejará de darle cuentas a su móvil en las manos mientras tenía la mirada perdida en algún lugar de la galaxia.
-Dime-levantó la cabeza de golpe y sus ojos hicieron contacto con los míos.
-¿Me vas a hacer esperar más?-le pregunté intentando sonreír y no hacer una mueca.
-¿Esperar que?-preguntó confundido.
-Que me cuentes lo que paso-le contesté y vi como su cara volvía a transformarse. Antes de que pueda darme una negativa o evitarme seguí hablando-Cuéntamelo por favor, necesito saber como llegue a este estado.
-Eh... Esto...-estaba nervioso, se le notaba mucho y estaba segura de que iba a dar mil vueltas antes de centrarse en el tema.
-Ve al grano, por favor-le pedí.
-Bueno....yo llegué enfadado a casa y bueno...discutimos y tu...te fuiste de casa-empezo contando y poco a poco empecé a recordar-Decidimos dejarte sola un rato pero pasaban las horas y tu no volvías. Decidimos salir a buscarte y....bueno....yo...
Las imágenes poco a poco empezaron a llegar a mí una tras otra. Primero la discusión, cuando salí hecha una furia, luego la caminata que eché hasta las afueras sin darme cuenta, la vuelta, los tipos....
Sin siquiera darme cuenta había empezado a llorar y a sollozar cuando las imágenes de lo último llegaron a mí. Empecé a sentirme sucia y asquerosa con tan solo recordar las manos de esos tú s en mi cuerpo.
-No llores, mi niña, eso ya paso y ahora estas conmigo-me dijo acercándose con cuidado para abrazarme-No dejaré que nada vuelva a ocurrirte.
Yo no podía tranquilizarme y no hacía más que llorar devastada intentando borrar esos recuerdos de mi mente pero solo conseguía revivirlo. Cuando de puso encima de mí y todo empezó a estar perdido era la imagen que más clara tenía en la mente por desgracia. De repente, caí en la cuenta de algo. No sabía si....
-¿Me han....?-empecé a preguntar pero la frase fue terminada por un sollozo en lugar de la palabra correspondiente.
-No, cariño, no llegaron a nada-me contestó y vi como cerraba los ojos con fuerza a causa de la ira.
Mis sollozos se hicieron más notables debido al silencio que se había instalado entre nosotros. Ambos estábamos​ perdidos en nuestros recuerdos y pensamientos.
-Ana-me llamo haciendo que levanté la cara notando que estaba muy muy cerca de mí. Tomó mis manos entre las suyas transmitiéndome la calidez que tanto necesitaba en estos momentos antes de seguir-Lo siento mucho cielo y espero que algún día logres perdonarme por esto. Estaba enfadado y no supe como controlarme cuando llegué a casa.
-No es tu culpa-me limité a decir y de hecho es verdad. Él no tenía la culpa de que yo saliera de casa y menos de que me haya encontrado con esos desgraciados.
-Claro que es mi culpa-dijo él mirándome a los ojos. Se notaba en sus ojos lo culpable que e sentía y lo arrepentido que estaba.
-Christian, por favor, no te culpes de lo que paso-le pedí mirándolo a los ojos.
Me destroza el alma verlo tan desolado y sintiéndose culpable de esta manera de algo que ni siquiera hizo por lo que sin siquiera procesarlo lo atraje hacia mí para abrazarlo con fuerza. Al principio se sorprendió un poco pero luego me correspondió estrechandome entre sus brazos.
Me sentí tan bien entre sus brazos que olvide todo lo demás. Ya no existía nada para y tan solo eramos él y yo. Y entonces, ahí, entre sus brazos recordé la promesa que me hice a mi misma antes de que todo esto pasará, la promesa que iba a terminar con mi sufrimiento. Me prometí alejarme de él pero en este momento me parece todo eso tan lejano que ni siquiera consigo imaginarlo.
Dos toques en la puerta nos devolvieron a la realidad haciendo que nos separemos rápidamente y detrás de las puerta apareció un sonriente José que venía con una caja de bombones y un ramo de flores en sus manos.
-¿Como esta la chica más guapa del mundo?-me saludó el sacandome una sonrisa.
-Pues esta mejor-le contesté con una leve risa.
-Cuando me llamaron para decírmelo casi me da un infarto, la última vez que nos das esto sustos-me dijo él mirándome antes de dirigir la mirada a Christian, quien lo estaba mirando con la mandíbula apretada y con cara de pocos amigos-Grey más te vale cuidar más de mi pequeñina o no voy a aceptarte como cuñado.
Tierra tragaaamee
Eso fue lo primero que pensé cuando oí esas palabras. Le mandé una mirada asesina de esas que si matesen mandarían a 150 km bajo tierra a José y mi giré a ver a Christian que miraba a José confundido.
-¿Que?-preguntó cuando logró procesar las palabras.
-Joe yo pensaba que eras más listo y no sólo un cuerpo de dios griego-vale....si antes había confundido a Christian ahora acaba de asustarlo-Lo que te he dicho es....que si no cuidas de mi pequeñina, es decir; de Anastasia Steele no voy a aceptar que seas mi cuñado.
La cara que puso Christian simplemente me asustó y mucho. No entendía porque estaba tan sorprendido.
-¿Como me puedes decir eso?-preguntó esta vez Christian incrédulo.
Yo solo miraba la situación como público ya que ninguno de los dos me prestaba atención aunque estaban hablando sobre mí.
-¿Porque no podría?-preguntó esta vez José confundido.
-¿No te gusta?-preguntó ahora Christian haciendo que mi boca toque él suelo.
-¿Ana?¿Gustarme?-dijo José antes de echarse a reír. Todo estaba siendo tan ridículo que no sabía ni que hacer-Me podrías llegar a gustar tu antes que ella.
-¿QUE?-preguntó ahora Christian con los ojos como platos y la boca abierta.
-Pues que soy gay, me van los tíos, osa que me van las pollas-le dijo y la cara de Christian se transformó por completo.
Parecía que le hubiera dado un puñetazo en el estómago en lugar de decirle unas cosas.
-Ahora vuelvo-dijo Christian antes de salir corriendo como si hubiera visto un fantasma delante de él.
-¿Y a este que coño le a pasado?-me preguntó José sentándose en la camilla conmigo.
-No tengo ni puta idea-contesté mirando la puerta por donde minutos atrás había salido Christian.

¿Te Odio o Acaso te Amo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora