No soy llorona, pero cuando me acuerdo de Orson, todo mi cuerpo se estremece y las lágrimas saltan a mis ojos.
No había odio, pero si había un pesar que nunca pude quitar de mi mente. Mi amor por Orson nunca se desvaneció, pero tampoco el miedo a ceder, a volver a empezar, a convertirme otra vez en su amante.
Afortunadamente, Mikel permaneció ajeno a aquel encuentro; jugaba con los hijos d los trabajadores y también con otros vecinos de fincas colindantes.
Supe desde un principio que el administrador, Jaime Toribil, me deseaba. Teníamos mucho trato , porque yo entraba en su despacho a hacer cuentas con él. Tenía cuatro años más que yo. Siempre lo vi allí desde niño; su padre, su abuelo, todos habían sido administradores generales de la hacienda, y Jaime estaba siendo un excelente administrador.
Aquel principio de año nos habíamos reunido como tantas veces. Tío Enrique ya estaba de regreso. Trabajaba en los despachos con la gente que llevaba la economía de la finca, sobre todo con Jaime.
Acordamos en una de aquellas reuniones darle a Jaime acciones del negocio del aceite. Se las regalamos por la Navidad. Era un hombre guapo, alto y gallardo, no salía mucho. Hablábamos a menudo y nos habíamos hecho muy buenos amigos.
Por eso, aquel día cuando entre en el despacho por la tarde, me dijo:
-Estás inquieta.
-No siempre tenemos ganas de reír.
-No, no se trata de eso, Marita.
-Pues vale, da igual de que se trate--Dije yo algo incómoda.
-O sea, que debo dejarlo.
-Pues sí.
-Marita, yo...
-No, no me lo digas--lo corté--Por favor, cállate.
-No quieres admitir que algo te angustia por dentro.
-Eso no lo voy a negar. Pero lo que ibas a decirme, prefiero ignorarlo.
-Pues tendrás que saberlo, Marita. Te conozco desde niño, hemos jugado juntos siempre, y cuando te fuiste sentí que mi mundo se derrumbaba.
-¡Qué cosas dices, Jaime!
-No son cosas, son hechos, porque los sentimientos mandan.
-Pues yo te pido, por favor, que guardes tus sentimientos.
Y me fui del despacho.
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Algo Más Que Fascinación© Corin Tellado
Teen FictionMarita vivía un amor apasionado con Orson, pero él no quería compromisos ni pensar en el futuro.