Capítulo 7.

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La llegada fue emocionante. Les había dicho por carta a mis tías que había adoptado a un niño y que lo llevaba conmigo. Mi madre no me descubrió. Así que llegué con mi supuesto hijo adoptado. Mikel.
  Mikel había aprendido a hablar español conmigo. No me había costado demasiado, dominaba el francés y el inglés, y también el español. Mikel llegaría a ser algo importante, primero por su personalidad, tan parecida a la de Orson, y segundo, porque era mi heredero universal. Yo no pensaba tener más hijos.
  Me hice cargo de la notaría, pero primero llevé a Mikel a un colegio de élite en Jaén, y puse a su lado a un hombre de seguridad que le acompañaba a todas partes, un hombre joven y fuerte se llamaba Juan. Había trabajado en nuestra finca desde que era un niño y le dije:
  -Cuida a mi hijo como si fuera un tesoro, Juan.
  -No se preocupe, señorita, lo llevaré al colegio y lo traeré de regreso.
  Y así estuvo sucediendo durante bastante tiempo.
  Un día Mikel llegó del colegio algo sofocado y me dijo con rapidez:
  -Mamá, a la salida del colegio, y antes de que Juan pudiera llegar a mi lado, encontré a un señor y me dio un sobre, me dijo que te lo diera. Me revolvió el pelo y lo
encontré algo extraño, juraría que tenía unos ojos como los míos...
  El corazón me saltó del pecho.
  Me metí en la habitación después de reclamarle a Juan que hubiera permitido que un hombre se acercará a mi hijo.
  -Fue un segundo, señorita. Era un señor muy estrafalario.
  -Es que le dio un sobre para mí.
  -No lo vi, señorita. De todo modos, Mikel está aquí, sano y salvo. No debe preocuparse por él. Y le aseguró que tendré más cuidado la próxima vez.
Yo estaba preocupada. Y apretando el sobre en la mano, me metí en mi cuatro. Abrí el sobre y casi sentada en el borde de mi cama. Allí no había palabras, solo una fotografía de un niño hacía mucho tiempo. No era reciente, no. Era una fotografía vieja y amarillenta. El niño era el vivo retrato de mi hijo.
  El corazón me dio mil vueltas y entendí que Orson había descubierto la verdad, había venido a Jaén y estaba allí... y con aquella fotografía me estaba demostrando que sabía que yo tenía un hijo de mis noches felices con él.

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Al ver la foto que Orson le había enviado, Marita se dio cuenta de que había descubierto la verdad de su vida: que Mikel era su hijo, y sintió temor...

Algo Más Que Fascinación© Corin TelladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora