Al Paso de los Días

Capítulo 50

Décimo Día, 9: 41

Veo en un plato un delicioso estofado de pavo con puré de papa, pedazos de nueces y manzanas, un limón y jugo de manzana o de guanábana, no sé muy bien.

Al lado de arriba hay una frase escrita con marcador que dice "Para que no me odies, te doy esto."

Igual te odio.

Y al lado izquierdo veo otra puerta que es la salida del cuarto.

Me acerco lentamente alabando la comida que se ve exquisita y empiezo a tocar los bordes del plato, hace rato que no como, hace tiempo, mi estómago está a punto de acabar con su existencia. Luego toco la comida y los cubiertos y el vaso, no sé porque empiezo a tocar todo en vez de estar devorándome todo, pero mi mente está tan perdida con el hambre que está apreciando este milagro, que no es un milagro si se trata de este psicópata, pero sigue siendo un milagro.

Si tengo esto, entonces Venus también, ¿Estará algo lado mío? Espero que sí, espero que, al cruzar esa puerta, esté devorando comida.

Empiezo al fin a comer todo y está muy delicioso, creo que les ganó a todos los paltos que he comido en el curso de este secuestro. Las nueces secas están un poco saladas, pero el puré lo calma. Pruebo el jugo y es de manzana, más delicioso aún... Y el pavo, el pavo les gana a todas las cosas que están en el plato.

Por un momento pensé en dejar y guardármelo para luego pero mi mente no procesó eso que en un momento me acabé todo.

Sonrío al disfrutar esta comida y salgo de la habitación abriendo la otra puerta. Automáticamente se baja un cartel que dice:

"Ahora ellos quieren comer algo de ti."

Y aparecen varios señores mirándome con los ojos muy abiertos.

Mierda.