EL teléfono sonó cuando Kathy se disponía a desayunar. Pensó que era injusto, nadie debería llamar tan temprano. Aún no eran las ocho de la mañana y, además, era sábado. El teléfono sonó de nuevo y Kathy tomó deprisa un sorbo de la caliente bebida.
Como era de esperarse, se quemó la lengua.
La tercera vez que sonó el teléfono, pensó que quien llamaba era Malcolm, el hombre que siempre madrugaba, el hombre que era un esclavo del trabajo y que no sabía respetar el día de descanso de los demás. Querría verificar algo insignificante, sin tener en cuenta que la biblioteca no abría hasta las diez.
Kathy levantó el auricular antes de que el teléfono terminara de sonar por tercera vez.
-Hola -saludó enfadada, esperando escuchar la voz grave de Malcolm. Pero hubo una pausa, luego un murmullo débil y desvanecido.
-¡Kathy, querida, me alegro de encontrarte! -hubo otra pausa antes de que la voz continuara, como si la persona estuviera dudando-. ¿Hablo con Kathy?
-Sí. ¿Tía Margaret? -tenía que ser ella. Pero la tía Margaret nunca llamaba. Escribía cartas amables, con letra fina, sobre papel que olía a lavanda-. ¿Sucede algo?
-Se trata de mi iglesia en Vermont. Estoy aquí pasando las navidades y ayer hubo un incendio... la iglesia se ha quemado -la tía Margaret titubeó un momento antes de respirar profundamente-. Es horrible -continuó con más firmeza-. ¡Hay un gran alboroto! Han venido muchos fotógrafos y periodistas que hacen preguntas como si esto fuera un espectáculo que hemos montado sólo para ellos... Querida, ¿recibes el periódico matutino?
-Sí -esa mañana, Kathy había recogido el periódico en el escalón de la entrada y, todavía doblado, el diario yacía sobre la mesa-. ¿Por qué lo preguntas?
-Es posible que hayan publicado una foto. Creo que han publicado la noticia en todos los periódicos del país... Como en estas fechas nunca pasa nada, el incendio de nuestra iglesia...
-Sí la han publicado -interrumpió Kathy que, mientras su tía hablaba, había cogido el periódico-. En la primera página.
-¿Puedes ver...?
Kathy vio la foto. Mostraba las líneas clásicas de la iglesia blanca; las guirnaldas y las coronas de flores que decoraban la entrada, la torre esbelta, perfilada hacia el cielo azul, despejado. La foto bien podría ser una tarjeta de Navidad, excepto por los manchones del humo alrededor de la torre y las llamas; había suficiente color para decorar incluso la portada más aburrida.
-En efecto; está aquí.
-Entonces te habrás dado cuenta de que es una iglesia preciosa y pensé... Verás, algunas personas han decidido que debería ser demolida... por eso he llamado. Quieren destruir lo poco que ha que dado en pie, en lugar de reconstruirlo.
-¿Qué quieres que haga yo? -preguntó Kathy con cautela.
-Que vengas -terminó la anciana por ella y a Kathy no le quedó alternativa-. Pensé que tendrás tiempo por ser fin de semana. Podrías quedarte aquí uno o dos días... ¿Puedes venir a ver la iglesia? Tú sabrías lo que tenemos que hacer, podrías decirnos si merece la pena restaurarla, ya que ésa es tu especialidad. Desde luego, te alojarías en mi casa y eso nos daría la oportunidad de charlar y ponernos al día. Nunca has venido -agregó en tono persuasivo-. ¿Vendrás..., por favor? Significaría mucho...
-Pero... -Kathy calló, indecisa. Cuando se veían en Nueva York, quedaban en algún sitio. Kathy nunca iba al apartamento de su tía en la Quinta Avenida. La joven recordó que esa vez no se trataba de Nueva York. ¿Qué había de malo en quedarse en casa de la tía Margaret, en Vermont? Siguió defendiéndose-. Pero.., no me gustaría que hubiera...
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Encuentro Con El Pasado (con Donghae)
FanfictionLee Donghae había sido su hombre ideal, hasta que lo comenzó a odiar. Donghae regresó y se suponía que debían trabajar juntos como nada hubiera ocurrido. Pero Kathy Loring no lo aceptaría, pues ya no era la jovencita enamorada de antes. Ahora era un...