S E I S

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 EL deseo de la tía Margaret se cumplió el jueves por la mañana cuando Donghae apareció justo en el momento más inoportuno.

-Voy a ir a Bennington esta tarde para ver la iglesia -anunció Kathy durante el desayuno que compartía con la anciana, las dos solas en el comedor soleado mientras Emma trabajaba en la cocina-. ¿Cuánto tiempo crees que tardaré en llegar con mi coche?

-Más o menos una hora -contestó la tía Margaret-. Vete despacio porque la carretera no es muy buena.

-No podrás ir -anunció Donghae desde la puerta-. Al menos, no con el coche que tienes -agregó con desdén-. Será mejor que te lleve.

-No es necesario -contestó Kathy, ignorando el brillo de alegría en los ojos de la tía Margaret-. Sé que mi coche es muy viejo, pero nunca me ha defraudado.

-¿Estás segura de que los frenos funcionan bien? -insistió Donghae sin dejar de mirarla-. Algunas curvas son muy pronunciadas.

- Donghae tiene razón, querida -terció Margaret-. Es peligroso, a menos que se tenga un buen coche... y el de Donghae lo es, por supuesto.

Por supuesto, se repitió Kathy, sintiéndose atrapada. Sabía lo que la tía Margaret esperaba que sucediera durante ese viaje, pero no entendía qué pretendía Donghae.

-No era necesario que te ofrecieras a acompañarme -le dijo a Donghae por la tarde, sentada muy tensa al lado de él, en la intimidad obligada del coche negro.

-Tienes razón -aceptó animado, sin hacerle caso al tono severo de Kathy-, pero mi tía se ha puesto muy contenta, y yo necesitaba una excusa conveniente para pasar unas horas a tu lado. Casi no nos hemos visto en toda la semana.

-Has estado mucho tiempo fuera y la tía Margaret comenzaba a preocuparse -agregó con un dejo de reproche.

-Ya no está preocupada -recalcó de manera razonable-. Y este es el momento adecuado para que me pongas al corriente de lo que has hecho.

-¿Te importa?

-No exageraré diciendo que me importa -repuso sonriendo-, pero aún no sé si debo confiar en ti. Quizás estés planeando huir con el dinero de las contribuciones.

-Lamento tener que decepcionarte, pero está guardado en el banco -le informó con los dientes apretados-. Y si no me crees, pregúntaselo al padre Gardiner.

-Entonces, ¿qué has hecho? -insistió Donghae -. El cielo es testigo de que has estado bastante ocupada.

-Trabajo con los voluntarios. Hay muchas cosas que hacer, la principal es convencer a la gente para que colabore con sus donativos.

-No dejas de sorprenderme --comentó en tono suave-. ¿Eres experta en restaurar iglesias y en obtener fondos, Kathy?

-No soy experta, pero sé más que la mayoría de la gente.

-¿Qué piensas ganar con todo esto?

-La oportunidad de pagarle a la tía Margaret algunas de las atenciones que ha tenido conmigo durante todos estos años. Y la oportunidad de participar en la reconstrucción de una magnífica iglesia.

-Es decir, quieres darle un impulso a tu carrera.

-Es posible, aunque no me servirá de mucho. Como hay poca demanda para la restauración de iglesias, este trabajo no aportará mucho a la empresa.

-Piensa en el prestigio.

-Pienso más en la iglesia,

-Muy noble -murmuró divertido-. No sabía que tuvieras sentimientos tan nobles.

Encuentro Con El Pasado (con Donghae)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora