Capítulo 32: Su mejor regalo.

13.6K 1.1K 775
                                    

Se levantó sonrojada del suelo sintiéndoseuna idiota por no haberse dado cuenta de ello antes. Para luego  ver por última vez al Severus del espejo al cual le sonrió sin saber cómo lograría ver al real el día siguiente... Sin decir nada, se secó las lágrimas del rostro y miró a los niños para ellos puedan seguir usando el espejo.

— ¿Qué viste? —preguntó Harry con curiosidad mientras Ron ya se había colocado de nuevo delante del espejo.

— A mis padres, a James incluso a tu madre y a ti— respondió a medias haciéndolo sonreír—. Se veía tan real...

— Lo sé— mencionó Harry antes de que escucharan un pequeño ruido por el pasillo.

— Hora de irnos— les anunció Emily antes de su sobrino tomar la capa y cubrirse junto con Ronald, mientras ella ya se había colocado un hechizo desilusionador justo cuando los luminosos ojos de la Señora Norris aparecieron en la puerta. La cual permaneció por unos minutos antes de irse—. Vamos antes de que llegue Filch...—solo dijo antes de ellos salir de allí con prisa para no jugar con su suerte.

Desde que entraron a su sala común exaltados por la prisa que llevaban, se rieron por tal travesía, antes de cada uno ir a su respectiva habitación. La joven Potter aquella noche durmió al igual que las demás viendo su pulsera, solo que estaba vez sabía porque la veía y sonreía antes de dormirse, para recordar a Severus todas las noches.

Sin poder encontrar valor suficiente, aquella semana se dispuso a hacer los deberes que le quedaban, y ayudar a su sobrino a hacer los suyos. Lo cual le servía como una buena excusa para no encarar a Snape. Había pensado en actuar como siempre con él, pero la mañana siguiente supo que nada volvería a ser igual. Al igual que todos los días lo vio sentado en la mesa de profesores hablando con Dumbledore.

Pero esta vez al verlo, había sonreído sonrojada para luego seguir su desayuno. Aunque de vez en cuando lo miraba de reojo sin poder evitarlo...

Lo último que quería era parecer una idiota ante su presencia, por lo que decidió que la forma más sencilla de hacerlo era evitándolo. Sin embargo, aquella idea solo le funcionó hasta que faltaron tres días para que terminaran la vacaciones. El día que se celebraba el cumpleaños Snape. El cual no podía permitirse olvidar, dado que después de todo él estaba allí en el castillo durante las vacaciones por ella...

Armándose de todo su valor de Gryffindor, despertó temprano aquella mañana para arreglarse un poco más de lo habitual, al querer agradarle a Severus. Se había lavado y ondulado el pelo, y colocado un vestido verde esmeralda strapless, que le llegaba a las rodillas. Era uno de los pocos que tenía para alguna ocasión especial, por lo que no se lo había puesto antes...

Gracias a que el frío seguía latente en el castillo, se puso una capa negra encima que le cubría completamente su vestimenta, antes de salir en compañía de Noir de su habitación en dirección a las cocinas. Puesto que la noche anterior les había encargado a los elfos un pastel de fresa con betún de chocolates para el desayuno. Y como siempre eran serviciales aceptaron sin hacer preguntas.

En cuanto ella atravesó la puerta de la cocina, un par de elfos le dieron el pastel que había pedido.

— Gracias por todo—les agradeció en cuanto tuvo el pastel en sus manos.

— Es honor servirle señorita Potter— solo dijo el elfo con cortesía antes de ella sonreírle de nuevo y salir de allí llevando el pastel  con un poco de cuidado.

Con los nervios a flor de piel caminó atravesó las mazmorras dirigiéndose a la habitación del pocionista, sin saber si estaría en su despacho tan temprano o si al menos se mantenía en el castillo... Antes de tocar la puerta, respiró profundo, puesto que lo último que quería era actuar nerviosa delante de él y que este le preguntara sobre su extraño comportamiento.

Emily Potter. (Severus Snape).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora