Capitulo 3

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Me desperté muy temprano. Me vestí lentamente a diferencia de ayer, tuve tiempo de ducharme y conversar con Salmon. A veces Salmon me entiende y me comprende, o eso creo yo, porque si no estaría loca. Luego desperté a Andy y cargue en brazos a mi gato para llevarlo a la cocina. 

Me encontré a Karla cargando muchas ollas repletas de harina, masas y creo que mantequilla. Hice un bollo de papel y se lo di a Salmon para que se entretenga. 

-¿Necesitas ayuda? –dije cuando Karla se percató de mi presencia.

-Me haría de mucha ayuda si vas a la bodega y sacas unos 2 kilos de manzanas.

-¿Y manzanas, por qué?

-Tartas de manzana.

-¿Tartas de manzana?

-Exacto, de manzanas.

Deje el tema de conversación de las “Tartas de Manzana”, y fui  hacia la bodega. Al entrar, no me demoro mucho encontrar las manzanas. Las lleve en una cesta y las deje en la mesa de la cocina.

-¿Y para que Tartas de manzana? –Karla volteo y me miro con una cara de poca paciencia. A veces llegaba a ser muy estresante.

-Es para un concurso, una manera de recaudar dinero.

-Interesante, aquí están las manzanas que me pediste. 

-Gracias, dentro de poco sonara la campana del desayuno.

-Sí, iré a despertar a Sara. –Dije saliendo por la puerta.- ¿Crees que Salmon se pueda quedar aquí?

-Supongo, le daré un poco de Pescado luego.

Luego de dejar a Salmon en la cocina fui hacia el dormitorio. Al abrir encontré a Sara durmiendo, como un oso en plena hibernación. La levante y espere a que se cambiara para ir a la mesa del desayuno. La verdad es que no tenía mucha hambre, se me había ido el apetito.

Ya era tarde, teníamos que cambiamos para ayudar a las ayudantes de casa en unas actividades que habían hecho para los niños más pequeños. Yo felizmente me encargaba de distribuir los disfraces, agradecí no tener que ponerme uno. 

En el camino para llegar nos encontramos con Sean y el recién llegado.

-Hola, Anne –dijo Sean feliz mientras iba hacia mí para darme un abrazo, rápidamente me gire. Supongo que se habrá dado cuenta que no necesitaba nada de él.- Hola Sara.

Sara si se dejó dar un abrazo, de todas maneras ella es más sociable que yo.

-¿Y tú eres? –dijo Sara dirigiéndole la mirada al chico.

-Ryan Smith- dijo con una ligera timidez. Lo entendía perfectamente, todos los que venían al comienzo eran muy tímidos.

-Bonito nombre- Comente causando que todos voltearan a verme.

-Tienes razón –Opino Sara.- Ryan es un bonito nombre.

-Ok, olvidemos el nombre. –dijo Sean volteando sus ojos. Creo que era lo único que hacía en todo el día.- ¿Podemos ir de una buena vez?

No llegamos temprano, pero felizmente no me dijeron nada. De pronto Helen me agarro del brazo fuertemente. No pude evitar soltar un grito de sorpresa y dolor. Aunque creo que ese grito pasó dentro de mi cabeza pues nadie lo escucho.

-¿Helen que he hecho ahora? –Dije mientras sobaba mi brazo. Ella era la cocinera y estaba caracterizada por hacer que las cosas más dulces sean agrias y sin sabor. No sé si eso se pueda llamar cocinera.

-Cállate niñita engreída.- ¿Por qué usar el término engreída? Creo que puedo ser todo menos eso. –Tenemos un asunto pendiente- dijo prácticamente gritando ocasionando que todos voltearan a ver a Helen llenos de miedo, ‘’Cobardes’’ pensé.- ¿Qué no escuchaste? ¡Avanza!

-Esta bien, solo no grites –Dije avanzando molesta- ¿Que ha pasado?

-¡Mira lo que hizo tu bola de pelos desastrosa! –De hecho estaba todo sucio pero faltaba algo. ¡Mi gato!- Haber niña explícame como…

-Donde está mi gato.-Exclame  aterrada- ¡Donde esta Salmon!

-¿Esa bola sucia? ¿Enserio te importa? –Sí que no tenía corazón. Pero ahora estaba más preocupada en Salmon, que comenzar una pelea que terminaría en doble castigo.- Se fue por la ventana.

-Oh no.- No quisiera ser mala, pero seguro el pobre de Salmón se asustó al ver la cara de Helen.- Luego limpio todo Helen, te lo prometo, o sino dame millones de castigos –Dije saliendo apurada por la puerta- Pero ahora tengo que ir a buscar un gato.

El beso del adiósDonde viven las historias. Descúbrelo ahora