"Los Angeles, California."

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18 de febrero, 2016.

Mel Houdson.

Seque mis lagrimas volviendo a ver el edificio. Viejos recuerdos se reprodujeron como escenas en mi mente, toque mis labios recordando nuestro primer beso. Las imágenes cambiaron dejando ahora la primera vez que ambos habíamos confesado lo que sentíamos, ese día todo había cambiado, ese día me sentía completa. Nada faltaba. Nuestra primer pelea también había sido allí, aquel edificio guardaba gran parte de nuestra historia. La vista se me nublo gracias a las lagrimas, ya nada era lo mismo, ya no. Di un suspiro y gire la llave del auto, encendiéndolo. ¿Cuando me había vuelto una ex-novia insana? ¿Ir a su edificio? ¿En que pienso? Eres una estúpida, Houd.

No tenia otro lugar al que ir ademas de mi maldita casa, estar allí luego de todo era nostálgico, frió. Deseaba estar en cualquier parte del mundo, tener un show, cambiar de energía, descargarme, ser yo, liberarme. Omaha o Toronto era buenos destinos pero no podía abandonar la ciudad, no. Mi vida cumplía una estructura, y estar aquí era parte de ella. Maneje con lentitud, respetando cada señal de transito, yendo a la velocidad mas baja permitida. Me deje perder entre la soledad de la oscuridad y luces de Los Angeles. Llegar a casa y estacionar, me mortifico.

Con pesadez abrí aquella puerta. Las luces estaban apagadas tal como las había dejado al irme, encendí una por una mirando cada espacio. El piano era lo que mas nostalgia le daba, disfrutaba ver a Jack improvisando allí, jugando con las teclas, recordé débilmente su energía, su sonrisa, su esencia. Las lagrimas no tardaron en aparecer, siempre estaban, nunca se iban. Apoye mis manos sobre las teclas, con lentitud deje sonar una, juraría que se había escuchado en toda la casa. Di un suspiro y deje mi celular sobre la parte superior del piano. Este prendió luz al dejarlo. 

Llamada entrante: Mils. 

No iba a atender no luego de lo que había pasado. No entendía como ella pudo contarle a Sof, lo creia imposible pero como siempre estaba equivocada. Mire a mi alrededor. La casa perfecta, de ensueño, cada maldito detalle de decoración había sido elegido por mi y algunos con ayuda de Jack y otros amigos. Esa casa lo único que provocaba era hacerme sentir cada vez mal, cada mínimo espacio proporcionaba una historia. Una triste y vieja historia que debía olvidar. Aquel lugar ya no me proporcionaba tranquilidad alguna. Habia dejado de ser mi hogar desde que deje la ciudad para empezar el tour europeo. Aun con las lagrimas en mis ojos, subí las escaleras. 

Un escalofrió recorrió mi cuerpo al entrar al cuarto, otro lugar, otros recuerdos. Quite cada prenda que vestía como si estas fueran lo que me atormentaban. Como si hacerlo pudiera sacar algo del peso que llevaba encima. Estúpida, Mel. En ropa interior ingrese al vestidor, observe cada prenda de ropa y no pude no evitar frenar en los vestidos. Ya nada importaba. Revise cada uno de ellos, eran bastantes pero frene en el que creía que era el mejor. 

Dolce & gabanna. 

Recordaba a la perfección como habían tomado cada medida de mi cuerpo para hacerlo perfecto. Un hermoso vestido de Gala, regalo de la propia marca hacia mi. Me parecía estúpido solo poder usarlo una vez. Aquella vez de uso único había sido en los Billboard 2015, gane premio a nuevo artista y mejor canción. Nadie lo creía y yo tampoco. Todos me miraban con aprobación, interiormente querían estar en mi lugar. Ilusos. Estar alli no era facil, menos con la gran expectativa del publico sobre mi. Mi carrera crecia y por ende mis responsabilidades y obligaciones a mejorar también. En ese tiempo había perdido un poco la pasión, cuando piensas en el dinero, el éxito todo se desmorona; lo supere, recupere mi esencia. Mi yo. Nada podía pararme o eso creía. 

Me puse el vestido. no era una decisión lógica pero ya nada lo era. Habia perdido lo poco de cordura que me quedaba en el día yendo al edificio de mi ex-novio. Mire mi reflejo en el espejo. Parecía una bella princesa. Una rota y bella princesa. El vestido era mi armadura ahora. Sonrei, y ese mínimo hecho podía engañar a la ciudad entera. Nadie se preocupa por ti si sonríes, piensan que eres feliz, aunque sea todo lo contrario. La gente no tiene tiempo para preocuparse en ti, no busca involucrarse, solo buscan sacar provecho de alguna parte. Solte mi cabello, movi mi cabeza lado a lado y las ondas "volaron" por el aire. Mas belleza aun reflejada en el espejo, mejor dicho un fantasma. 

Life of Mel Houdson » Shawn MendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora