Me recosto en la cama y se separo nervioso, mientras miraba a su alrededor. Yo tenía que evitar soltar una carcajada. Era tan guapo.
Y se veía tan... decente.
Cosa que le iba a durar poco. Muy poco.
Sonreí pícara y lo volvi a mirar. Quería ese hombre y lo que Dulce María Reverte quería... lo tenía.
- Ven Chris -Lo llame con voz sensual, mientras palpaba la cama-
Lo vi dudar, rascarse la nuca y luego sentarse a mi lado en la cama. De cerca, era mucho más lindo.
Tenía el rostro bañado en sudor, por el trabajo. Y se veía tan... sexy. Era muy sexy, me lo imaginaba sudando, pero en otra escena...:cara_diablo:
- Gracias -Le sonreí-
- De... de n..ada se..ño..rita -Tartamudeó al ver como yo relamía mis labios-
- No muerdo Chris -Solté una risa- Al menos, no ahora
El chico bajo la mirada y comenzó a sudar más, mientras yo me preguntaba si podía ser aun más lindo.
- Bueno... me voy -Dijo-
- Okey, bye Chris -Me acerqué y bese la comisura de sus labios-
- Adi...ós -Se levanto rápidamente y salió de la habitación como si el diablo lo persiguiera-
Yo sonreía triunfante, era lo que quería ponerlo nervioso. Hacer que me desee, como todos los hombre.
Me levanté, normalmente ya que el pie ni siquiera me dolía un poco. Y fui en busca de mi biquini, esto recien empezaba.
Me vestí y baje al parque, pero mi sonrisa se borro, al ver a la t0nta de Maite abrazada a su cuello. ¡Es que como se atrevía!
Suspire furiosa mientras me tranquilizaba. Uno, dos, tres.
Listo, ninguna mucamita me iba a sacar a mi chico. Me acerqué a ellos y la mire con desprecio.
- Mayte, estas en horas de trabajo -Dijo mirandola fríamente- Deja de dar espectáculos y ve a tu lugar... la cocina
Ella me miro con rencor, todos pensaban que era una niña buena. Pero yo tenía un presentimiento de que Mayte, era peor que yo y Anahi juntas. Se fue hacía la cocina. Le sonreí a Christopher.
Pero él me miro con furia y se fue a hacer su trabajo.
¡Pero que rayos!
Ahora había arruinado todo y por la estúpiida de su novia.
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Caprichosa
Novela JuvenilDe niña, Dulce María, había tenido todo lo que tenía. Y su padre la complacía, tratando de tapar la falta de afecto y de la figura materna. Pero en ese momento... su niña caprichosa quería algo diferente. No era ropa, no eran zapatos, ni un carro. Q...