Capitulo 30

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Dulce y Christopher entraron en la casa luego de dejar a Emma en el colegio. Los días eran cada vez más hermosos. Ellos no se podían llevar mejor.
Aun que Chris estaba frustrado por que nunca podía, por una cosa y otra, demostrarle a Dulce lo que era sentirse querida de verdad... en la cama.
Por que en lo cotidiano, muy bien se lo daba a entender.
- Tengo hambre –Dijo Dulce con voz de bebe-
- MMM yo también...
Chris se acercó a Dulce con mueca pícara en la cara, produciendo que la pelirroja riera y se echara hacía atrás con una sonrisota.
- No, Chris...
- Si, Dulce –El se acercó a ella y la acorraló contra la pared- Un besito. Solamente... un besito.
- ¡No! Por que sabemos que viene después de ese "besito" –Dijo ella cruzándose de brazos- Me prendes y luego me dejas con las ganas.
Chris abrió la boca incrédulo. ¿Cómo se atrevía a decir que era él, el que la prendía y la dejaba con las ganas?
¡Siempre era él, el que terminaba frustrado! Cuantas veces lo había buscado y luego lo había dejado así como así.
Dulce sonrió y el soltó una carcajada.
- Eres una caradura –La volvió a abrazar- ¡Nadie sufre más que yo! –Dijo escandalizando-
- Exagerado –Levantó una ceja-
- si, si como tú quieras... ahora... -La apretó contra él- M i b e s o -Le dijo con los labios-
- ¿Tú que? –Pregunto jugando-
- Mi beso –Dijo despacito-
- MMM, no te escucho.
- ¡Mi beso! –Se acercó a su boca pero ella corrió la cara-
- ¿Tu baso? –Pregunté conteniendo una carcajada- Es que no te oigo.
- ¡No tontita! –Río- Mi beso, de besar...
- ¡Ah! Tu beso... -Dijo pensativa-
- Shi ¿Me lo das?
- No –Ella río y salió corriendo por la sala-
Como dos niños chiquitos estuvieron un buen rato corriendo por la sala. Dulce no paraba de sonreír, nunca había pasado días tan felices.
Chris y Emma tenían la habilidad de hacerla sonreír como nunca lo había hecho, todo con ellos era perfecto. Hasta el mínimo detalle estaba cargado de emoción.
- Te tengo –Dijo Chris tomándola de la cintura-
Dulce se paro en puntitas y lo beso suave, pero provocativamente y cuando sintió que Chris se unía al juego se separo con rapidez y corrió hasta encerrarse en la habitación.
- ¡Tramposa! –Grito Chris desde afuera-
Dulce se recostó en la cama muerta de la risa, hasta que el peso de un cuerpo se poso sobre el suyo.
Abrió los ojos y vio a Chris sobre ella con una sonrisita pícara.
- Me las vas a pagar
Chris comenzó a darle besitos por toda la cara y cuello, haciendo que ella riera a carcajadas. Hasta que los besos se hicieron más largos y apasionados.
Chris subió la cabeza y capturo los labios de Dulce con pasión, una pasión suave y tierna que estaban enloqueciendo a Dulce.
Acarició el cabello de Chris mientras lo besaba, las manos de Chris bajaron por el cuerpo de Dulce hasta llegar las piernas de esta, las cuales acarició despacio, subiendo lentamente por sus muslos.
De repente la habitación estaba en silencio y solo se escuchaban las respiraciones agitadas de los dos jóvenes.
Chris bajo sus besos por la mandíbula de la chica y con suavidad beso lentamente el cuello de Dulce, haciendo que esta echara la cabeza para atrás. Dándole mejor acceso.
Los besos de Chris eran gentiles, suaves, hacían que la piel de Dul se erizase a penas el mínimo contacto.
Chris la ayudo a despojarse de su remera lentamente, y luego volvió a capturar sus labios, esta vez, su manos subieron hasta posarse en uno de sus pechos.
Los besos se hicieron más desesperados al igual que las caricias y la ropa comenzaba a estorbar.
De un momento a otro las prendas volaban por la habitación y ellos dos quedaron completamente desnudos.
Chris se separo un poco de ella y la miro.
- Eres tan hermosa –Susurro sin aliento-
Dulce levanto la cabeza y volvió a besarlo ahogando un pequeño gemido cuando una de las manos de Chris siguió jugando con su pecho y la otra bajo hacía su entrepierna.
- Chris ya...
El negó con la cabeza y la calló con un besito.
- Esperé mucho tiempo esto, y lo voy a hacer muy especial –Agachó su cabeza y tomó uno de los pechos de Dulce con su boca-
Dulce se sentía en el cielo, nunca había sentido una sensación así. Sentía que en cualquier momento estallaría.
Se arqueó contra la boca de Chris mientras sentía como enloquecía por el roce de la mano de él, contra su feminidad.
- Por favor –Pidió con un hilo de voz- Por favor...
Chris no lo dudo dos veces, la beso para a callar sus suplicas y luego se acomodó entre sus piernas.
Miro a su alrededor buscando algo, desesperadamente, en la mesita de luz.
- Chris... ya...
- Espera... -Abrió los cajones y sacó un preservativo-
Dulce le quitó el condón de la mano y lo ayudo a colocárselo con suma sensualidad, haciendo que Chris soltara un leve gemido.
Volvió a acomodarse entre las piernas de la chica, haciendo que esta elevara sus caderas.
- Chris
No lo dudo y entró en ella con suma delicadeza, y amor. Disfrutando el momento, convirtiéndolo en único.
Entró totalmente en ella, haciendo que los dos gritaran de placer. Se sentía tan bien estar dentro de Dulce.
Se sentía completo.
Ella comenzó a mover sus caderas, marcándole un ritmo rápido y desesperado. Pero Chris estaba más que dispuesto a hacerla enloquecer de placer.
La tomo de las caderas y comenzó con movimientos lentos, suaves, mientras la besaba en la boca con ternura.
Dulce se sentía especial, estaba en otro mundo. Las sensaciones eran increíbles, nunca había sentido algo así.
Chris le hacía el amor de una manera tan suave y tierna que dolía, era tan perfecto. Y la hacía sentir verdaderamente querida.
Todo había perdido sentido solo existían, ella y Chris en ese momento. Sus cuerpos moviéndose al compás de un baile erótico, que los estaba llevando a la locura.
Dulce sentía como estaba llegando al borde del éxtasis y clavó sus uñas, en la espalda de Chris.
Solamente se escuchaban los gritos, los jadeos y el crujir de la cama. Chris aumentó la velocidad, y Dulce cerró los ojos cuando el placer la golpeó con fuerza.
- Dul...-La llamo con la respiración agitada- Mírame
Ella abrió los ojos lentamente, encontrándose con la mirada de Chris llena de deseo y amor.
Estaba más guapo que nunca, sudado, despeinado.
- Te amo –Dijo el con emoción sin dejar de moverse en su interior- Te amo mucho
Quiso contestarle, pero todo a su alrededor explotó en un instante. Haciendo que todo lo demás perdiera importancia, coherencia.
Nunca había sentido tantas emociones juntas al llegar a su orgasmo. Se sentía satisfecha, cansada, completa... querida.
Sobre todo, querida.

Me levanté de la cama confundida. Vi a Chris dormir profundamente y sentí una punzada en el corazón. ¿Me amaba?
¿Y yo que sentía?
No lo sabía. Había sido al noche más hermosa de mi vida, nadie me había tratado con tanta delicadeza, con tanto amor.
Pero yo no estaba preparada para el amor, aun habían muchos miedos y cosas por superar, como para saber si yo estaba enamorada de él o no.
Salí de la habitación y me senté en él sofá mirando un punto fijo. No podía dejar que me pasara lo mismo que a mi padre. No podía dejar que mi vida dependiera de Chris.
La vida de mi padre, habían dependido de la mi de madre y cuando ella se fue, el se vino a bajo. Y luego se convirtió en lo que era ahora. Un hombre que vivía para el trabajo.
Un hombre distante y frío.
Yo no quería eso de mi vida. ¡O peor! Confundir las cosas y escapando como la mujer que me había parido.
No quería aquello.
No sabía cuanto tiempo había estado allí, pero de repente la voz de Chris sonó a mis espaldas.
- ¿Por qué me dejaste solito? –Preguntó tomándola de la cintura-
- Ya Chris –ME solté y lo mire con indiferencia- ¿No es hora de que Emma despierte?
- si...
Chris me miro confundido y fue hacía la habitación de Emma para luego salir de ella con la niña en sus brazos.
Los dos sonrientes.
Como me gustaría compartir aquella felicidad.
- Me voy a bañar –Dijo con la niña y salió corriendo al baño-
Observé a Emma entrar al baño y vi la puerta cerrarse. En ningún momento quise cruzar la vista con Christopher.
Por que sabía que estaría perdida.
- ¿Estas bien? –Se acercó y trato de acariciar mi cabello-
- Si –Me separé bruscamente- ¿Por qué me tendría que pasar algo?
Chris alzo una ceja y por su mirada pude notar como poco a poco iba perdiendo la paciencia.
- Dulce... de enserio y si te pasa algo...
- ¡Chris ya! –Grité cuando lo vi acercarse a mi- ¡No seas pegajoso!
Se me partió el alma cuando vi la mirada dolida de Chris y cargada de furia también. Apreté la mandíbula tratando de contener mi furia, contra mi misma y caminé hacía la cocina.
Es que eso era lo correcto, no podía hacer otra cosa. Si las cosas seguían avanzando, iba a salir lastimada. Y Chris y Emma también.
Me recargué en la mesa y sentí a Emma entrar en la cocina con una sonrisita.
- ¿Me acompañas al colegio, Dul?
- No –Contesté sin mirarla-
- ¿Por qué? –Preguntó poniéndose frente a mi-
- Por que no, Emma –Trate de girarme-
- ¡Anda Dulce! –Se colocó junto a mi, buscando mi mirada- ¡No seas malita!
- Emma, no
- ¡Amarga! –Rió- Por fis, vamos los tres.
Ese era el problema, no quería seguir compartiendo esos momentos perfectos con ellos. Por que ya estaba perdida.
Y el mínimo sentimiento más y no iba a poder recuperarme. No quería sentir aquello por ellos.
Por que como todos, ellos también iban a abandonarme, dejarme sola. En cuanto yo aceptara cuanto los amaba, todo se iba a venir a bajo.
Se irían como se había ido mi madre, o me dejarían como mi padre y como ahora... Anahi. Yo simplemente, no iba a volver a sufrir.
Quería volver a mi vida de antes, donde lo mas importante era yo. Me gustaba aquella vida, solo pensaba en mi y en lo que me beneficiaria.
No quería nada más.
El aceptar a Emma y a Chris, me había enseñado lo que era una verdadera familia, lo que era la preocupación y el cariño hacía los demás. Y yo no quería aquello.
Por que eso implicaba volver a sufrir.
- ¡NO EMMA! ¿No entiendes? –Grité exasperada- ¡No quiero llevarte al colegio y ya! Me tienes cansada niña... ¡ERES INSORPORTABLE!
Me giré y el corazón se me partió en dos al ver los ojitos de Emma repletos de lágrimas. Quise golpearme, insultarme.
Pero prefería disculparme, y antes de que pudiera acercarme a ella, la niña salió corriendo de la cocina.


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