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Después de tener aquel doloroso recuerdo los días se pasaban más lentos. De alguna manera Otabek otra vez se siente como el primer día que perdió a su esposo. Apretó los anillos colgando en su cuello y cerro sus ojos.
Minami había decidido visitarlo después de años sin verse. Se había casado y ahora estaba embarazado. Ver a su amigo con su Alfa y esperando un bebé le hacía feliz pero eso no quitaba que sintiera un poco de envidia.
Viktor y Yuuri habían llegado de su viaje de trabajo. Se lanzaron sobre su hijo desde que lo vieron y después fueron sobre Otabek. Trato de disimular la tristeza que estaba sintiendo y les sonrió o eso pensó.
Yuuri lo miro y lo agarró del brazo mientras lo arrastraba a la cocina. Ya imaginaba que el Omega lo notaría. Es decir, lo trataba como su cachorro y aprendió a entenderlo en todos esos años viviendo juntos. Pero Otabek no quería hablar sobre eso. No quería escuchar de sus propios labios que nunca podría tener un bebé con la persona que hasta ahora sigue siendo su único amor y que lo único que lo mantiene de pie es la promesa que juró cumplir.
También sabía que Yuuri no se daría por vencido con un "estoy bien" de su parte de igual manera el aprendió a conocerlos con el paso del tiempo. Por eso evitaba su mirada. Se sentía realmente mal, sentía que todo lo que llevaba dentro fuera a salir a flote y lastimaria a quienes tanto apoyo le han dado.
Yuuri tomo su rostro obligándolo a mirarlo a los ojos. Otabek sintió como se encogía su corazón cada vez que el Omega lo trataba como si fuera un niño pequeño a pesar de tener veintiocho años.
—¿Qué pasa? ¿Te sientes enfermo? ¿Has vuelto a tener pesadillas? ¿Lev se portó mal?—. Se quedo mirándolo y movió su cabeza de un lado a otro examinando su rostro—. No has dormido bien—. Afirmó unos segundos después—. ¿Quieres que te preparé un té en la noche? Para ver si puedes dormir más tranquilo. También puedo obligar a Lev a dormir en su habitación para que descanses mejor.
Ahí estaba esa sonrisa de todo va a estar bien cuando en realidad no lo estaba. Otabek quito las mano a de Yuuri de su rostro y las apretó un poco.
—Y-yo voy a volver a mi apartamento—. El Omega lo mira ladeando su cabeza como si no entendiera el idioma en que le estaba hablando—. Ya no puedo seguir más tiempo aquí... Quiero estar en mi propio espacio y....
—No digas tonterías—. Lo miro con determinación mientras trataba de verse un poco dominante. Era imposible Yuuri era demasiado bueno y adorable. Lev y Viktor entraron a la cocina y se quedaron mirando extrañados la escena—. No puedes irte así como si nada.
—Ya lo he decido... Contrate a alguien para que limpiarla el lugar... Me iré hoy...
El pequeño Alfa llegó hasta el de un salto quitando a su madre y agarrando la camisa el mayor.
