La oscuridad se fue poco a poco, como cuando amanece, una luz empezó a brillar de manera tímida y delicada, dejandome ver qué era lo que sucedía a mi alrededor, pero no vi nada interesante, pues cuando por fin mis ojos veían con claridad, toda la discusión que había entre aquellos espectros había cesado, y al parecer ellos habían abandonado el lugar.
Mi vista recorrió el lugar en el que me encontraba, parecía un sótano en lo más profundo de algún edificio abandonado a su suerte, todo estaba oscuro y no habría visto cosa alguna de no ser por la poca luz que existía, sin embargo no sabía de dónde provenía. Pues hasta ahora no había logrado encontrar el origen de la misma.
No me daría por vencida, debía encontrar el origen de la luz con la que podía ver la habitación, de seguro ella me podría indicar alguna salida de aquel lúgubre lugar.
Como no oía a nadie cerca, tomé cartas en el asunto y me levanté de donde me encontraba, caminé algunos pasos buscando la anhelada salida para así volver de alguna forma a mi hogar, ya que conforme pasaba el tiempo me sentía más débil, y algo a la altura de mi ombligo se sentía como un hilo elastico que se había estirado hasta su límite, hilo el cual podría romperse en cualquier momento.
Pasó un buen periodo de tiempo, para saber que aquel lugar estaba completamente cerrado y las paredes eran demasiado gruesas como para romperlas con algún milagro. Así mismo la luz no provenía de ningún agujero, sino que luego de analizarlo un momento, parecía provenir de mi misma, cosa que comprobé por que donde quiera que me acercara, inmediatamente podía distinguir mejor lo que había en ese espacio.
Pronto algo llamó mi atención, muy a parte de todas las herramientas regadas por el suelo , había un gran bulto cubierto con una sábana vieja y sucia. Pero al acercarme más pude notar un pequeño charco oscuro bajo esta, no era líquido, parecía pintado al piso, pero luego de ver la pared entendí que no era pintura como yo deseaba creer.
Inmediatamente di un ligero brinco al ver aquello, una gran salpicadura como si hubieran estrellado algo realmente grande estaba presente en la pared, y al igual que la Mancha del piso, esta estaba seca.
Bajé mi mirada y iluminando con mi mano el rastro de sangre que aún había dibujada en el piso desde aquella gran Mancha en la pared, tenía miedo, pero a la vez estaba cegada por a mi tonta y gran curiosidad.
Para entonces me había olvidado del bulto que al principio llamó mi atención, pues estaba más enfocada en encontrar el final del rastro de sangre siguiendo la misma. Este rastro continuaba por el piso y guiaba a uno que otras herramientas comunes en el taller de algún mecánico o carpintero, pero todas estas estaban manchadas con lo mismo que había manchado la pared a un principio.
Empecé por un alicate muy fino, luego un martillo, un estuche de navajas que sirven para hacer trabajos más pulcros en madera en el cual faltaban algunas piezas.
Poco a poco mi expresión de horror era más evidente y de la misma manera un nudo en mi garganta se formaba, ya que terminé por encontrar cuchillos de carnicero, una sierra y otros objetos que no conocía, pero de igual manera me parecían demasiado crueles al estar completamente manchados de la oscura sustancia.
El rastro de sangre y herramientas regadas en el piso, daba la vuelta a la habitación de una forma irregular, hasta volver al mismo punto de partida, llegando al bulto tapado con la manta. Pero ahora había algo diferente, parecía que a través de la manta, el objeto de abajo empezaba a humear como si lo estuvieran quemando sin necesidad de fuego, de la misma forma había un poco de ceniza que parecía aparecer del mismo aire.
-¡¿Quién te dió permiso de hacer los te y plazca?!
Dijo una voz muy grave y oscura, que rápidamente reconocí, como la voz grave que cuando llegué hizo que las demás vocecillas de fueran rápidamente, sin embargo, oir la tan cerca hacía que el miedo me entró hasta los inexistentes los huesos e hizo que se me paralizara el cuerpo.
-Y..yo..
Balbucee sin saberlo, y de inmediato una fuerza invisible hizo que mi cuerpo astral volara al otro extremo e la habitación, y me quedara pegada a esta.
Realmente no había dolido, pero sí llegó a darme un gran susto y alimentar el miedo que al principio ya tenía al ser ignorante de todo a mi alrededor.
-Así que te crees muy lista, te he de enseñar una lección para que no te pases de idiota.
Dijo para acercarse, pero aún estando lo suficientemente cerca, su forma era oscura y humanoide, a la par que parecía humear constantemente y desprender ceniza muy oscura de lo que parecía ser su cuerpo, y a la vez el bulto el cual vi antes humeaba tan intensamente como él.
Pronto sentí un dolor extrañamente nuevo, como si desprendieran mis células una a una de la forma más dolorosa posible.
Se supone que en este plano el dolor físico no existe, no entiendo el por qué siento tal dolor, uno que inmediatamente hace que pegue gritos con toda la fuerza que puedo tener.
-Tienes razón, en este plano es difícil incitar el dolor de cuando uno está en el mundo terrenal, difícil pero no imposible, al igual que ellos descubrieron muchas cosas a Costa de mi vida, yo he de descubrir muchas cosas a Costa de la tuya, Bienvenida.
Dijo con una voz que opacaba mis gritos, mientras que veía como pequeñas partículas de luz se desprendian poco a poco de mí, no podía pensar en nada más que el dolor que sentía, que crecía más y más mientras escuchaba una ligera risilla por parte de mi verdugo que parecia indicar que el mismo se divertía al hacer aquello, al impartir un sufrimiento lento y agonizante que hacía enloquecer a cualquiera.
ESTÁS LEYENDO
En Cuerpo Ajeno
Фэнтези¿ una segunda oportunidad.? No es exactamente eso... quizá ¿es sólo un cambio de cuerpo? Ven y acompaña a conocer que les pasó realmente, que harán con su vida, y cómo debe vérselas la propietaria para intentar tener una vida normal.