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Me bajé del auto de la tia Ana y comencé a caminar hacia la puerta principal de la escuela, cuando entre lo primero que vi fue a la muy no dulce recepcionista mascando chicle, como era de esperarse.

—buenos días, zorra— dije en un susurro mientras rodaba los ojos y seguía mi camino hacia mi casillero.

Sacaba unos cuantos libros cuando sentí que alguien tocaba mi hombro, si es otra vez shrek voy a patearle la garganta.

—¿mere....dith?—preguntó el pelinegro de la otra vez.

—¿migue....lito?—pregunte con el mismo tono que el, haciendo que soltara una carcajada.

—es un gusto volverte a ver, luego del encuentro del árbol—. Luego de ser expulsada de la clase, michael y yo terminamos hablando un rato más, resulta de que es un buen tipo, es medio idiota, pero es un buen tipo.

—siento no haberte terminado de contar la historia de como casi asesino a shrek, pero mi tía ya estaba en el parqueo—dije sonriendo mientras hablaba sobre la tragedia.

—pensé que te expulsarían—dijo buscando algo en su mochila.

—no, pero mi mamá me dio un sermón sobre ser buena persona y no lastimar la prójimo y luego intente saltar por la ventana y ya sabes, lo normal— dije encongiendome de hombros.

—te traje esto— dijo dándome un encendedor negro— pensé que te sería útil, además así puedes quemar la escuela—.me río y ruedo los ojos.

—¿me acompañas a mi próxima clase?—preguntó comenzando a caminar mientras michael hablaba sobre algún tipo de bebida y sobre como casi se muere hoy en la ducha.

Michael el era tipo de persona que jamás paraba de hablar.

Llegamos al aula de física, donde todos estaban sacando sus libros y cuadernos mientras otros cuchicheaban sobre algo que no entendía.

Michael se había sentado al lado mío y la maestra de física había entrado, nos indicaba que página debíamos leer.

—¿y tus libros?—le pregunte en un susurro a michael.

—¿mis liebres? ¿Que liebres?— preguntó el casi gritando.

—¿de que estas...¿que?—lo mire confundida.

—¡ustedes dos! ¡Silencio!—gritó la maestra mirándonos con los brazos cruzados para luego volver a escribir más páginas en el pizarrón.

—¿donde hay liebres?— volvió a preguntar michael.

—¡libros! ¡Dije libros!—.

—¡Suficiente!—gritó la maestra,mientras apuntaba con su dedo hacia la puerta.— veo que es más importante su platica que mi clase, así que salgan—.

—¿ves lo que haces?—le dije a Michael mientras salíamos de la clase.

—¡tú eres la culpable! ¿a quien se le ocurre hablar de liebres en una clase tan aburrida?—dijo Michael mientras salíamos por la puerta que dirigía al patio.

—¡te meteré tus putas liebres por el culo si sigues molestando!—dije mientras me sentaba en el árbol.

—relájate,comete un snick....mejor fúmate un tabaco!—dijo mientras se recostaba en el árbol.

—prefiero los cigarrillos,gracias—dije mientras me recostaba también en el árbol.

—¿cuanto falta para el receso?—dijo Michael mientras encendía un cigarrillo.

—yo que se, poco, creo, lo que si se es que te odio—Dije encogiéndome de hombros.

—¡todos me aman!—.

Murder ListDonde viven las historias. Descúbrelo ahora