Imaginas✂K

Kisu (24K)

El primer pedido!! xalissonrbx

-¿______? -Escuchaste la voz de Kisu por encima de la estruendosa tormenta, aunque ni aun así te atreviste a levantar la cabeza. Estabas agachada debajo de una mesa, tapada por completo con una manta y temblando como una gelatina. Tu cuerpo aun se estremecía con cada rayo y cada trueno que habían roto el cielo durante la noche- ¡_____! ¿Qué haces ahí?

Levantaste la mirada justo en el momento en que Kisu se arrodilló delante tuyo. Extendió los brazos y no lo dudaste ni un segundo, te lanzaste hacia él y lo abrazaste con fuerza. 

-Siento haber tardado en llegar, esta maldita tormenta… -Se disculpó mientras empezaba a acariciar tu cabeza y te mecía suavemente para que dejaras de temblar- Vamos, vamos, tranquila.

Te ayudó a levantarte poco a poco, no queriendo hacer movimientos bruscos. Todo el rato tuvo los brazos a tu alrededor, intentando que te sintieras segura en todo momento. Llegasteis a vuestro cuarto compartido y Kisu te ayudó a sentarte en la cama. Te tumbaste enseguida y volviste a taparte con la manta mientras él se quitaba los zapatos y, haciendo un poco el tonto para conseguir que rieras, se tumbó también a tu lado. Podría decirse que este era vuestro ritual cuando había tormenta, ya que les tenías un pánico horrible Kisu siempre se tumbaba contigo e intentaba tranquilizarte de cualquier forma, hasta que os quedabais dormidos los dos y a la mañana siguiente el único rastro que quedaba de la tormenta eran las gotas en la ventana. 

-¿Quieres que cante? -Susurró, abrazándote y llevando la mano a tu cabeza para acariciarte. Estabais tan cerca que su nariz tocaba la tuya, y todo el frió y el miedo que habías sentido minutos antes iba desapareciendo poco a poco. Antes de que pudieras decir que sí, un rayo partió el cielo. Te abrazaste a él en el mismo instante en que la luz blanca iluminó la habitación, pero fuiste incapaz de apartar la cabeza de su pecho una vez hubo pasado. Notaste su pecho vibrar por su risa enternecida y como te abrazaba con un poco más de fuerza. Segundos después empezaste a ignorar el sonido de las gotas de lluvia, sustituyéndolo por el de la voz de suave y tranquilizadora de Kisu, que cantaba la misma canción que siempre usaba en estos casos. 

Los ojos empezaron a pesarte, escuchaste en el fondo un par de truenos, pero no les prestaste atención, solo sentías las yemas de los dedos de Kisu sobre tu piel y su voz ronca, también un poco cansada, susurrar en tu oreja. Poco a poco te dormiste, mientras él te miraba desde arriba con una sonrisa satisfecha y también cerraba los ojos, aliviado de haber podido hacer que te sintieras mejor.