SUEÑOS ROTOS

Inmiscuido

Tercer Capitulo

Inmiscuido

"Al final del día podemos soportar más de lo que creemos"

Frida Kahlo

–Luis Carlos miraba a Emiliano mientras Mildred esperaba una repuesta–

–Dime que medicina necesitas yo la consigo –Luis Carlos respondió a Emiliano, mientras Mildred escuchaba atenta–

–Enseguida te doy la receta pero aquí será difícil obtenerla, tenemos que estabilizarla para poderla movilizar, ella no puede estar aquí mucho tiempo –Luis Carlos cerró los ojos pensando en cómo solucionar el problema–

–Luis Carlos –la voz de Mildred lo interrumpió de sus pensamientos– dime que necesitas dame tu ubicación y yo llego

–No quiero arriesgarte Mildred por favor mantente alejada

–No puedo, de verdad Luis no puedo, dime ¿quién está vivo? –Luis Carlos suspiro frustrado sabía que Mildred era difícil de persuadir y si no le decía dónde estaba ella lo investigaría, en cuestión de segundos estaría ahí–

–Es Atenea, necesito un medicamento y cómo moverla de aquí

–Perfecto mándame el medicamento que necesitas lo consigo y por moverla también sé quién nos puede ayudar

–Mildred no sé si tu primo sea el indicado

–No hay otra opción, tranquilo yo sé cómo hacer para que nos guarde el secreto

–Ni se te ocurra Mildred

–Por favor Luis deja los celos, es mi primo –Mildred sonrió negando– entonces mándame la ubicación y lo que necesitan yo en menos de media hora estoy ahí

–Por favor loquita cuídate ¿sí?

–Claro espero el mensaje, y tú también cuídate mucho

–Te espero –Mildred terminó la llamada–

–No sabía qué tenías novia –Emiliano observó a Luis Carlos–

–No somos novios exactamente, pero si me trae mal –Emiliano alzó una ceja sonriendo–

–Debe ser muy guapa, te cambio el rostro con su llamada

–Bellísima tienes unos ojos Azules que te hechizan, pero cambiemos el tema y dime ¿cómo está Atenea?

–Ahora está estable pero me urge el medicamento, para poder sacarla del peligro afortunadamente la bala solo rozo y no daño ningún órgano

–Eso es un alivio, aunque para ella todo esto será muy difícil

–Perdió a toda su familia, si debe ser difícil –Luis Carlos lo observó–

–Siento mucho que recuerdes lo que paso con –Emiliano lo interrumpió–

–Tranquilo eso ya está superado, ¿quieres ver a Atenea?

–Sí claro –Luis Carlos siguió a Emiliano–

–La noticia del atentado y muerte del candidato y su familia ya estaba en todas las televisoras del país y en algunas cadenas a nivel internacional, la consternación de la población por el crimen era mucha, por primera vez el pueblo había visto un candidato honesto que lucharía por sus derechos y trabajaría para sacar al país adelante, por primera vez en más de setenta años los discursos eran diferentes eran reales, los sentían sinceros pero eso pesó tanto que decidieron que todavía no era tiempo para un presidente honesto, y lo eliminaron, la pregunta era ¿quién? o ¿Quiénes?, las hipótesis eran muchas y algunas se les estaban saliendo de las manos, por lo que era necesario sembrar y no exactamente árboles, sino sembrar pruebas, en cuestión de minutos tal como Luis Carlos lo pensó el camino que la mayoría de veces era poco transitado en está ocasión estaba resguardado, las carreteras que conectaban de la ciudad de México a Morelia eran las más protegidas del país, había retenes, la gente se preguntaba si era un circo o si realmente estaban buscando algo, no demoraron para que uno de los carteles más poderosos del país se atribuyera el atentado, pero eso ¿era cierto? ¿Qué interés tendría un cartel de droga por matar a un candidato? Y la primera declaración fuerte que se hizo fue que él padre del candidato tenía nexos con el narcotráfico–