SUEÑOS ROTOS

Confiar

Cuarto Capítulo

Confiar

Lo que niegas te somete... Lo que aceptas te transforma...

Carlos Jung

–La voz de una de las enfermeras interrumpió el abrazo que Luis Carlos le daba a Mildred–

–El doctor Emiliano dice que puede pasar a ver a la paciente –Luis Carlos asintió observando a la enfermera–

–Voy a verla –Mildred le dio una ligera sonrisa forzada, Luis Carlos siguió a la enfermera giró observo a Mildred triste se regresó le tomó el rostro– todo va a estar bien –le dio una sonrisa para que se sintiera segura y rozo sus labios con los de ella– enseguida vengo

–Sí –le tomó la mano antes de que se alejará– Luis –él se giró y la observó– gracias

–A ti preciosa, sabes que te quiero –Mildred suspiró–

–Me encantaría quererte –susurró cuando veía cómo Luis Carlos se alejaba al lado de la enfermera–

–Luis Carlos entró a la habitación, observo a Atenea se acercó a Emiliano quien anotaba en una bitácora–

– ¿cómo está? –preguntó observándola fijamente–

–Está reaccionando bien, sólo necesitamos que despierte y ella misma nos diga ¿cómo se siente? –Luis Carlos hizo un gesto de tristeza–

–Lo más seguro es que se sienta destrozada, su familia –guardo silencio– la mataron se quedó sola

–Tiene a su abuelo –respondió Emiliano, Luis Carlos negó–

–Lo detuvieron acusado de narcotráfico –Emiliano lo observo sorprendido–

–Eso es imposible

–Lo sé todo está siendo un teatro para decir que fue un atentado del crimen organizado

– ¿Quién crees que pudo hacer algo así?

–No lo sé, y no me gustaría saberlo

–Es lo mejor, meterse con el narco gobierno es peligroso

–Yo lo sé, pero esa loquita –Emiliano frunció el ceño– que trae mi mundo de cabeza parece que no lo sabe

–Te tiene mal, ya tengo curiosidad por conocerla –Luis Carlos sonrió–

–De seguro la vas a conocer

–Voy a darme una ducha y prepararé una pequeña maleta, sigues creyendo que lo mejor es que me vaya con ustedes –Luis Carlos asintió, Emiliano salió de la habitación–

–Antonio seguía en su despacho tratando de obtener información acerca del atentado y de la detención de Mariano Macedo–

–Rechazó tú ayuda –Osvaldo entró de prisa al despacho–

–No lo puedo creer

–No quiere recibir ninguna ayuda de políticos que piensan limpiar su conciencia con unos cuantos pesos, eso fue lo que dijo

–No puedo creer que él no entienda que es lo mejor

–Haz investigado algo de Atenea –Osvaldo negó– necesitamos encontrarla

–Lo sé y al parecer no somos los únicos que la buscamos –le mostró una publicación en un grupo privado donde decía que la estaban localizando–

– ¿qué es lo que investigaste? –preguntó Antonio preocupado–

–Sólo que ella estaba con sus padres en Morelia