CAPÍTULO 46 |Parte 3|

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                      Eric  P. O. V

Es tarde, muy tarde creo, pero la ansiedad me está carcomiendo. Desde que bajé del avión una sensación extraña me embargó por completo. He estado dando vueltas sin rumbo fijo desde que llegué. Fui a ver a mi bonita a su trabajo, de lejos obviamente porque soy un cobarde y ella no se miró por ninguna parte, ni si quiera a la hora del almuerzo. Fui a su apartamento a la hora que normalmente sale del trabajo y llega a su casa, pero no llegó (sí, lo sé, muy acosador de mi parte pero en mi defensa soy un hombre enamorado que retiene siempre la información de su amada). Desde entonces he estado vagando por la ciudad.

Ahora me encuentro por un parque muy solitario, pero extrañamente hermoso, lo pacífico que se encuentra me da un poco de calma ante mi ansiedad.

No sé cómo empezar, ni cómo hacerle. Intenté llamarle a Phoebe desde un número desconocido pero el teléfono no estaba disponible. Eso me hizo pensar que tal vez cambió de número para que yo no contactara con ella. Y eso me deprime profundamente. Sé que tuve la culpa, por hacerle caso a los demás y no seguir mi propio pensamiento y sentimiento, ahora tengo que pagar las consecuencias y arreglar los daños lo mejor que pueda.

Quiero y tengo que recuperar a mi bonita, sí o sí.

Me encamino nuevamente a la dirección de su departamento, pero al pasar unas cuántas calles, justo frente al Treasure, algo hace que me detenga, y a mi corazón también.

Hay un GTR reluciente aparcando frente a la entrada, y esa sensación de angustia me invade nuevamente. En sí no es el auto el que me hace sentir así, puedo comprarme varios de ellos si quiero. Mi corazón se acelera cuando un hombre sale del copiloto, rodea el auto hacia el otro lado, estira su mano a otra más pálida y fina que la toma, seguido de ella sale una delgada silueta femenina vestida en un sensual, pero elegante vestido verde oscuro... Una hermosa silueta femenina que mis manos han recorrido y que se saben de memoria sus curvas.

Ella se ve bien, alegre, un poco falso incluso, ya que solo está siendo educada; porque sé que ella prefiere más la seriedad, y el silencio en lugar de las risas y la alegría constante. Entonces mi corazón se parte en miles de pedazos al ver a esa hermosa mujer actuando como no es del brazo de otro hombre.

Mi bonita... ¿He llegado demasiado tarde? ¿Ya me has olvidado?

El impacto de ver esa escena me cala hondo, y mis pies toman vida propia, como si supieran que ver esa escena me está pateando el trasero. Empiezo a caminar de regreso al parque, porque siento como un nudo se forma en mi garganta, y mis ojos empiezan a picar, conteniendo las lágrimas.

Mi pecho duele demasiado, nunca había sentido algo así en mi vida, ni si quiera cuando tuve mi primer rechazo amoroso. Pero ver eso... Ver a mi bonita con otro que no sea yo, me destroza literalmente. Incluso me cuesta respirar.

Maldicióóóóón.

Me recargo contra una pared porque mi mente está hecha un lío, un desastre que yo mismo me provoqué.

Si desde el inicio hubiera luchado por ella... Si tan solo no la hubiera dejado.

Ahora siento lo que ella sintió cuando le arrebaté la confianza que me tenía, el amor que me tenía.

Y como un mariquita, las lágrimas empiezan a brotar. Casi me río. Soy una persona alegre, que casi no se deja llevar por la tristeza, ni mucho menos por asuntos amorosos. Y aquí estoy, llorando por una mujer, cuando fui yo el culpable.

Si tu madre me viera así, junior...

Ella seguro me diría "ve a por ella, idiota" y golpearía mi cabeza con cualquier artefacto que tuviera en mano. Sí, o ella misma iría. Es tan cabezotas, y capaz.

Me quedo quieto por un momento, creando planes. Si no hago nada en este momento, puede que el imbécil que esté con ella, hará algún movimiento y por ende, algún adelanto con ella. Si no hago nada, mi madre va a matarme antes de que yo mismo me suicide. Si no hago nada, probablemente él... Él intente besarl...

Mis pies se mueven otra vez con mente propia sin dejarme terminar de pensar esa horrible posibilidad, pero mi propia cabeza como si quisiera provocarme, me empieza a dar imágenes de bonita y el desconocido, él coqueteándole, haciéndola reír, llevándola a pasear...  Luego en una cama; tocándole... Sudando... Haciéndola suya... Y después; haciéndola feliz, enamorándola.

Antes de terminar de imaginarme eso, yo ya estoy corriendo.

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