Aquél Infiel [zoro X Sanji]

.capitulo uno.

vaya, no estoy sorprendido por la respuesta que me das, después de todo era muy bien sabido que no podría contra Law. aun que dijera los más hermosos poemas, aun que naciera de nuevo, nunca les llegaría a los talones a Law, porque el a tus ojos; es perfecto.

Quizás solo es el dinero de un gran cirujano, quizás esa es la única diferencia que vez.

Sabía que lo de nosotros no tenia ni pies ni cabeza, por que aun que me engañe solo fui aquel al que vas cuando el no está.

Me miras a los ojos y hablas sin perturbarte, tus perfectos labios modulan cada palabra. Parecen forman navajas afiladas que impactan contra mi cuerpo y alma.

Me dices esa tontería de que es mejor para los dos, que te duele llegar a un adiós, me dices tantas mentiras.

Tienes razón en parte, pues es Law quien puede besarte, quien puede amarte a la luz del sol, mientras que yo solo llego cuando la luna esta en todo esplendor.

Tus cabellos de oro vacilan con el viento que entra por la puerta de la cafetería, tus ojos no representan lo que tu boca dice. ¿Por qué pareciera que te duele mas a ti que a mi? A este tiempo que llevo sentado aquí, ya no sé qué es verdad y n se que es la mentira.

solo estas ahí, impasible. Sin expresar ningún sentimiento de los que tu boca dice. Vamos, cree junto a mí que lo de hoy se a terminado.

no diré nada, no haré nada, la cafetería está llena, solo puedo fijarme en ti y tu traje negro y camisa amarilla.

- Law aún no se entera, pero sospecha. y no quiero perderle, yo le amó, lo que pasó entre nosotros...no fue la gran cosa- odio tu voz, aquella que me habla sin rastro de emoción.

¿Cómo puedes decir que no fue la gran cosa, que no sentiste nadas mas que el puro placer carnal?

Por lo menos dime que sentiste más, por lo menos para que este dolor infernal se calme con tus dulces mentiras

- ¿qué piensas sobre esto? - ¿Cómo puedes preguntarle a un hombre sediento si le gusta el agua?

- no pienso nada, no puedo siquiera pensar con todas esa palabras que escupes en mi cara- mi repuesta no es mas que pura honestidad, pero las muecas de tu cara me hacen pensar que piensas que te quiero dañar.

Y ¿qué quieres?, ¿qué llore por ti?, que te suplique?, no.

mi orgullo es igual que el suelo que pisas..., es lo único que te sostienes de mi ahora. es lo único que te queda por masacrar de mí.

El Ego que llevaba mi vida se fufe volando como lo vi tocar tu cuerpo, susurrando su posesividad. ¿Cómo puede decir que eres suyo?, ¿no recueras acaso mis manos en tu cuerpo?, ¿no recuerdas tus gemidos suplicantes de mi amor?

- no es la respuesta que esperaba- susurras.

- lo sé, pero no hay mas que pueda decirte.

¿Qué más puedo decir? Y pensar que llegue a este punto, al punto de haberme enamorado de mi peor rival.

Llegue muy lejos y con sentimientos que debieron haber quedado estancados en el mar muerto de mi alma.

Me enamore de mi enemigo, y mi enemigo no se enamoró de mí. Es el per final a una historia que nuca empezó.

Y pensar que todo empezó con una noche de copas, con amigos.

Desde ahí fue donde empezó todo, donde la infidelidad ganó y tu cuerpo junto al mío sucumbió a la lujuria.

Una noche, que, a pesar del trago, no olvidaré.

No la olvidaré ni, aunque me digas que le amas a él.

- marimo, Law no lo sabe, ni lo sabrá, promételo- te tiembla la voz. Como si ahora yo pudiera hacerte daño. Como si tuviera el poder. Me estas matando y eres tú quien tiene miedo.

Quizá lo sepa de todos modos, la infidelidad es algo que no es fácil de esconder.

- ¿debo hacerlo? - claro que debo. Por qué el amor que siento por ti es igual a la vergüenza que tengo por haber estado contigo.

-marimo, por el amor que dices tenerme...por todo aquello que pasamos juntos, solo te ido esta vez...

Es injusto.

Veo tu mano estirada, la que me ofreces para sellar el trato. Esa misma que antes bese con devoción. Estas matándome y me pides que firme mi condena.

Y pensar que todo fue por una noche de copas. 

            aquél infiel 

-vamos Zoro, será divertido- Le había dicho a Luffy miles de veces que no iría a tu casa. Que era un fastidio para mí.

- no. tengo mejores cosas que hacer- mi respuesta siempre fue la misma. Pero la promesa del alcohol fue mi debilidad.

-habrá mucho licor, Sanji prepara comida exquisita, necesito que mi mejor amigo este ahí- Acepté, pero no fue por el puchero que ponía, solo por el trago y la comida. Aunque no niego que tengo una pequeña debilidad por Luffy, después de todo, era mi mejor amigo,

Si hubiera sabido que esa noche habrían pasado todo eso, nunca había asistido.

-vale.Pero ya deja de joder.

-¡¡Zoro es el mejor!!

Cuando llegamos y nos hiciste pasar me sorprendió el lugar, todo blanco y de alta calidad, no pasé mucho por la casa, la verdad de tu casa solo conozco, la cocina, tu pieza y el baño, nada más.

- ¿y Law, Sanji-kun? – no tome atención a la pregunta de nami, pero tu respuesta no paso desapercibida.

- el no podrá venir..., le surgió una operación de urgencia, tiene que estar allí- te vi intentado sonreír, desde ahí supe que algo andaba mal en mí.

- como siempre. - el intento de susurro de nami me hizo reír.

- ¿de qué mierda te ríes, alga mierdosa? - te ofendí, lo se.

- de tu patética vida- sé que te dolió, y quizá si no hubiera hablado, yo no estaría en esta situación.

- seguro la tuya es mejor- no conteste, obviamente era mejor en esos momentos.

Cuando te fuiste a la cocina, te seguí, por el alcohol. No espere que preguntaras cualquier cosa o siquiera me hablaras.

- ¿te parece tan mala mi vida? - Te mire, quizá con un poco de lástima- deja, solo olvídalo marimo. El alcohol está en la nevera -Creó que si te miré con lástima.

Tomé el licor y me fui a la mesa de la comida, en silencio.

Me sorprendí al ver que al final de ñ anche no pidas mantenerte en pie, aun que ningún de nosotros estaba en condiciones mejores. Quizá por esa razón te acercaste a mí.

- mi vida si es patética - escuché. Quise irme de inmediato, me pare y cuando quise caminar me tomaste del brazo obligándome a sentarme -. Escucha marimo, jajaja ma-ri-mo...- sí, ese día estabas muy borracho-, mi vida es una mierda. ¿Verdad?

Me levanté, y caminé por toda la casa, sabiendo que venias detrás de mí.

En un momento estaba en un pasillo y al otro dentro de una habitación enorme y blanca, con un cocinero ebrio con una vida de mierda...ah, y yo no estaba en mis cinco sentidos.

aquél infiel 

nota: capitulo editado.