.capitulo dos.

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-se lo que piensas marimo... - él estaba apoyado en la puerta de espaldas a ella, mientras que yo, estaba en medio de la habitación.

No tenía salida para ir con tashigi que me esperaba en casa.

Ya era muy tarde, las 2:59 de la madrugada y sería muy difícil para encontrar un auto que este dispuesto a llevarme.

-Hazte a un lado, cocinerito. tengo mejores cosas que hacer, en vez de examinar tu patética vida- mire el cuarto blanco, preguntándome sin querer que tenia de patética esa vida.

-Oh, no. vas a escuchar lo que te digo, ¡pensaras! - las palabras eran arrastradas -... ¿que hay de patético en esta vida llena de lujos?, pues mi queri...- veo como haces intentos de no vomitar tapándote la boca con la mano. -, ah...querido amigo, el amor no se compra con dinero.

-No es algo que me importe, por segunda vez, hazte a un maldito lado, concinerucho- camine hacia a ti para sacarte de la puerta, pero tú no te moviste como pensaba que lo harías, asi que te tome del brazo, para apartarte de allí, pero hicimos un mal movimiento de pies.

La obvia torpeza que nos indujo el alcohol nos llevó a hacer al suelo, contigo encima de mí, estábamos en el piso, ambos. Yo de espaldas a ti, mientras que tú de pecho contra el mío.

-...Oye, Zoro... - la lucidez se estaba yendo de mi cuerpo asi que te tome de los hombros y te aparte suavemente.

-Sal de encima.

-No quiero.

-Eres realmente inmaduro, cocinero.

- Si..., quizá esas sea la razón por la cual pasa tanto tiempo lejos de casa..., lejos de mí.

Quizá si Law hubiese sido un mejor esposo, no estaría enamorado de ti, mi sol. Quizá no me estarías destrozando el corazón.

- ¿Tú crees que Law me ame?, porque yo si le amo – ahora que lo pienso, dijiste eso tantas veces y yo hice oídos sordos. - demasiado, es como mi alegría de vivir. - te levantas del suelo, y te pones de rodillas, te vez tan sumiso, que una punzada de lastima llega a mi pecho.

- A ver, tontito -te tomo de los brazos y te obligo a sentarte en la cama - él debe de amarte, si no es así, no se habría casado contigo - no sé cómo pude pronunciar esas palabras, si tan solo recordarlas me termino de matar.

Me miras suplicante, en ese momento empieza a surtir efecto el sake.

- él...nunca esta cuando quiero..., en cambio tu sí - tus palabras forman algo raro en mí.

-No te confundas,...eh venido por que Luffy me ha obligado- me separo un poco de ti, para poder irme. Ya era demasiado tarde.

-Aun así, siempre estas, no como él -creo que esa fue la primera comparación que hiciste, una de muchas- hoy ni siquiera se despidió de mi...

Me levante, y camine a la puerta, no me detuviste, así que trate de irme rápido. la abrí y miré hacia afuera, no había nadie. salí de la habitación para ir a donde estaban todos, pero no había nadie allí tampoco. Camine hasta la cocina, la sala de estar...nada, pase al comedor y encima de la mesa, habia una nota con letras borrosas...¿o era mi vista la que las veía así?, probablemente.

"Sanji, hubo un problema en casa de Luffy, así que iremos para allá, no te preocupes te llamare cuando pueda, la reunión estuvo de lujo, me encanto.

Atte nami"

Apenas me doy cuenta de que estoy solo con el ebrio cocinero, arrugo la nota con fuerza innecesaria. vuelvo sobre mis pasos y en una mala idea abro la puerta sin tocar.

Gracias a este error puse divisar tu hermoso torso desnudo junto a tu cara sonrojada por el alcohol, una escena erótica en todo su esplendor.

-Cocinero, los chicos no están. Hubo un problema en casas de Luffy, pero Nami dijo que te llamaría-no podía sacar mis ojos de tu cuerpo, era hermoso. sin darme cuenta, avanzo hacia a ti, esperando que te alejes, pero no es así, quedas ahí, provocándome.

Llego a tu lado, frente a frente, te tomo por la cintura, siento como tus músculos se tensan, te miro a los ojos. ojos grises y ojos azules

"Solo quiero besarte". ese era mi único pensamiento es ese momento.

-Hazme sentir como hace tiempo no me siento ...- tu voz susurrante, delicada y casi sumisa dejo a mi sentidos enloquecidos y aplastados en tu pedido -. Bésame- bajo tu hipnotizante vos me dejo llevar bajo tu orden y te beso, en un beso fugaz, lentos. Un beso cuidadoso en dos nuestros labios bailan lentos y deseables, tranquilo y amortiguador.

Mis manos son mas rápidas que mis besos asi que viajan a tus caderas para apretarlas fuertemente, provocando un suave gemido en nuestro beso que poco a poco se va tornando furioso, lleno de deseo y lujurioso.

En ese momento, cuando nos separamos, sin aliento y jadeantes por mas oxígenos, pienso que no volveremos a hacerlo. Pero equivocado en mis suposiciones; nos miramos una vez más antes de sumergirnos en otro beso, como a un adicto tomado su droga.

Aquél Infiel [zoro X Sanji] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora